EL DESTINO EN LA CARRETERA



CAPITULO 2

 

              Descansó con el arrullo del silencio, abrazada cálidamente por el colchón de lana y la colcha de ganchillo. No recordaba qué había soñado, pero al abrir los ojos se descubrió con una sonrisa en los labios. Se estiró perezosamente y miró a su alrededor sin extrañar nada, como si estuviera habituada a aquel cuarto y sus enseres. Por la ventana entraba la luz del sol matinal dibujando la sombra de las rejas en el suelo y haciendo que la estancia se viera más alegre y hermosa que por la noche al tímido aliento de la lámpara. Se sintió a gusto; hasta que regresaron a su mente los recuerdos de horas pasadas. Su ánimo se oscureció tornándose lúgubre e incierto como su futuro. Nada había cambiado para ella.    

 Se sentó en el filo de la cama para ponerse las deportivas y se alisó con las manos la ropa que no quiso quitarse la noche anterior…por si acaso. Rodrigo le había dicho que había un cuarto de baño en aquel piso, pero aunque no recordaba cual  de las muchas puertas que había a lo largo del pasillo conducía a dicha estancia, sí sabía donde estaba el de la planta principal. Comenzó a bajar la angosta escalera de paredes encaladas sorprendida al percatarse de la belleza de la casa que horas antes se le había antojado terrorífica. Cierto que sus gruesas paredes de piedra eran imponentes, pero en absoluto parecía sórdida. Muy al contrario, según iba avanzando se daba cuenta de que por la noche había estado mas influenciada por su imaginación que por la realidad.

Al salir del baño recorrió la planta baja buscando a cualquiera de los habitantes de la casa, pero tan solo el perro se acercó a ella. ¿Cómo se llamaba? No lo recordaba. Salió al patio seguida de cerca por él. La entrada estaba sombreada por una parra que aún tenía algún qué otro racimo de uvas maduras. Estaba segura de que aquella casa guardaba muchas historias de sus diferentes moradores no a lo largo de los años, si no de los siglos.

Sin saber qué hacer o donde ir, se dejó caer sentada en un poyete que sobresalía de la fachada. Sentía un gran vacío en su interior y lo entendía, aunque no sabía como gestionarlo. “En casa del herrero cuchillo de palo” Siempre había seguido una meta y en el momento en que había desaparecido en la recta final era como haber perdido el futuro. Sus amigas tenían razón. Ante el momento inminente de la boda, ella supo que no quería a Roberto, pero él… había estado engañándola con Asun y a pesar de eso pretendía casarse con ella. Sintió deseos de llorar al pensar que en todo aquel tiempo de noviazgo nunca conoció a su prometido.

Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que el pastor alemán se alejó de ella, acudiendo junto a su amo, que la estaba observando desde la distancia. No notó la presencia de Rodrigo hasta que estuvo ante ella.

-¿Ya has comprobado si tienes todas tus mantecas?

Julia dio un pequeño salto de sorpresa al verle.

-Buenos días.- Le regaló la mejor sonrisa que pudo dibujar en sus labios.- Me has asustado, no te esperaba.

-¿Por qué no? Yo vivo aquí.

De nuevo compartieron un momento de observación, ahora a la luz del día. El iba vestido con unos pantalones de color pardo, una camisa de cuadros y unas botas bajas y fuertes, muy adecuadas para andar por el campo. Ella seguía con los vaqueros y la camiseta de lunares que se puso cuando salió de la casa de su madre para romper su compromiso con Roberto. Era como si todo se hubiera parado en el tiempo, hasta su vestuario.

              -No he visto a nadie dentro y aquí tampoco, así que me he sentado a esperar.

              - Millán ha ido a andar en bici y mi padre seguramente estará en el huerto y los corrales. – Hizo un gesto con la mano invitándola a volver al interior de la casa.

              Fueron a la cocina y Rodrigo salió por una puerta desde la que se veía un patio. Julia se asomó con curiosidad y vio el huerto y los corrales a los que el comadrón se refiriera momentos antes. Era una salida al otro lado de la casa. Ella había imaginado un pequeño huerto, pero había hasta árboles frutales, un gallinero y una cuadra con un par de cerdos y una vaca de raza frisona que clavó en Julia sus enormes ojos marrones apenas la vio aparecer.

              -¡Papá…!- Rodrigo ni siquiera tuvo que alzar la voz para que esta resonara en el aire matinal.

              Matías apareció desde detrás de un naranjo y al notar la presencia de Julia dejó asomar de nuevo aquella blanca y perfecta sonrisa suya.

-Pero si ya se ha levantado nuestra invitada…- Acudió  ágil a su encuentro- Esperaba que durmieras más; anoche se te veía muy cansada. ¿Has dormido bien?

              -Si, muy bien. La verdad es que la cama ha sido muy confortable.-Respondió con franqueza.- Tienen ustedes una casa preciosa.

              - Y eso que ahora no está en su mejor momento. La muchacha que teníamos se fue hace dos semanas y nos las estamos arreglando como podemos. Tengo que decir que no se nos da muy bien. Si mi pobre Rosa levantara la cabeza y viera la capa de polvo que tienen los muebles…ella que hasta les daba cera…-Chasqueó la lengua apenado perdiendo la mirada el fondo del huerto.- Pero ¿Qué se va a hacer? Como vienen las cosas hay que tomarlas… y adaptarse como sea.

              Julia asintió estando de acuerdo con él en esto último.

              Durante el desayuno Rodrigo volvió a decir que iría a ver el coche con el mecánico, que ya había hablado con él. Ella agradeció una vez mas su ayuda y lamentó las molestias que les estaba causando.

              -¡Qué tontería! Estamos gustosos de poder ayudarte.- Comentó Matías dando buena cuenta  de una rebanada de pan tostado con aceite de oliva y un vaso de café con leche

              En aquel momento sonó el teléfono de ella. La llamada era de su madre. Julia palideció. ¿Habrían hablado ya sus amigas con ella?¿Le habrían contado la infidelidad de Roberto? Quizá de esa manera, asumiendo que la culpa de la boda fallida era de ambos, quizá…su madre pudiera perdonarla.

              Se disculpó y fue a contestar al huerto. Su madre estaba muy enfadada a pesar de que por la conversación, se notaba que ya estaba al tanto de todo lo sucedido gracias a las amigas de ella. Julia sintió que las lágrimas afloraban a sus ojos cuando la oyó lamentarse y pedirle que volviera a su lado, pero no podía hacerlo. Todavía no. Quizá más adelante. No sabía. Aquella era la respuesta recurrente a todo lo que su madre le preguntaba. No sabía. Con lágrimas y la voz quebrada se despidieron, prometiendo hablar a menudo por teléfono y mantenerse informadas de todo lo que hacían.

              Cuando volvió a entrar notó sobre si la mirada de sus anfitriones. Sonrió levemente para disimular, si bien sus ojos la delataban con el rastro del llanto. Matías fue a decir algo, pero su hijo mayor se le adelantó con otro tema. 

              -Millán, te recuerdo que cuando termines, te toca recoger la cocina y fregar los platos.

              Millán no reaccionó bien al recordatorio.

              -¡Estoy harto, vengo todos los fines de semana y me los paso haciendo camas y fregando platos!- Gruñó enfadado.-Ya me he cansado de ser vuestra chacha.

              -Es lo que hay y tienes que colaborar como los demás hasta que Inés consiga a alguien…

              -¡Como que la va a conseguir!

              -Inés es una amiga de Rodrigo que nos está ayudando a encontrar a alguien que se encargue de la casa.  

              -¡Seguro que ni siquiera ha empezado a buscar!- Insistió el más joven de los Villanueva.- Ya sabemos que ella quiere el puesto, pero de jefa. Verás cuando lo tenga como encuentra a todas las que necesite…

              -No digas tonterías…

              De pronto, en medio de la discusión se oyó una voz diferente, más dulce y afinada que dijo claramente:

              -Yo puedo hacerlo.

              La cocina quedó en silencio de forma inmediata. Julia sintió sobre si tres pares de ojos negros; fue entonces cuando se dio cuenta que la voz que había dicho aquello era la de ella.

              -¿Qué?- Preguntó Rodrigo como si dudara hasta de su capacidad auditiva o comprensiva…o ambas.

              La psicóloga se aclaró la voz.

              -Que yo… puedo hacerlo. Yo puedo encargarme de las tareas de la casa.

              -Pero¿ tú no estás de viaje hacia alguna parte y se ha averiado tu coche?

              - Acaban de llamarme… para decirme que… ya no hace falta que vaya… -Mintió.

              Rodrigo la miraba bajo su ceño fruncido, sospechando.

              -¿Tu eres asistenta?

              -Si. – Afirmó con tal seguridad que de no tratarse de ella, se lo creería.

              -¡¡Pues arreglado!!- Exclamó Millán- ¡Ya tenemos asistenta!

              -¡Un momento! No vayáis tan deprisa. – Alzó Rodrigo su vozarrón para llamar al orden.-No la conocemos. No sabemos nada de ella. -Se dirigió a Julia.- Perdóname, pero es así.

              -Lo sé.- Movió la silla en la que estaba sentada poniéndose frente a él.-Pregunta lo que quieras. Yo te responderé.

              Se notaba el desconcierto en la expresión del hijo mayor de Matías Villanueva, pero, por lo que Julia entendía, era él quien cortaba el bacalao en aquella casa.

              -¿Desde…?¿Desde cuándo te dedicas a esto?

              -Desde siempre.

              -¿Con quien has trabajado?

              -Con los Martínez del Campo. Una familia encantadora de León capital, ella es abogada y él…ingeniero. Tienen dos niños maravillosos que me adoran…

              -¿Por qué te han echado?

              -¡No me han echado! Es que él… ha enfermado y le han recomendado que viva junto al mar, así que se han mudado a Valencia. A mi no me gusta el mar y no les he acompañado. En vez de eso una amiga me ha encontrado un trabajo en…Villanueva de la Serena, cerca de donde trabaja ella; pero me acaba de llamar para decir que como por culpa de la avería y de extraviarme llego tarde y ya han cogido a otra…

              -Rodrigo, hijo, si nos viene como llovída del cielo. Eso igual es el destino o el Karma o…

              Bastó una mirada del hijo mayor para silenciar al padre y que dejara aquello en sus manos.

              -¿Ibas a Villanueva de la Serena por aquí?

              -Ya te he dicho que me había perdido y cuando intentaba volver al camino correcto, Ciri…el coche se estropeó. Nadie paraba hasta que pasaste tu con Argentino.

              -Es Argenta y es hembra.

              -Pues eso.

              -¿Quieres este trabajo y ni siquiera sabes las condiciones que ofrecemos?

              -Cuando la necesidad aprieta nos volvemos menos exigentes.

              -¿Ves hijo? Nosotros  necesitamos una muchacha y ella necesita un trabajo. Podemos probar y si una de las partes no está a gusto, pues se rompe el trato y ya.

              Rodrigo seguía dudando. Era una situación muy extraña.

              -¿Te importa dejarnos solos un momento?

              Ella volvió a salir al huerto y paseó por allí. De pronto quería quedarse. Ignoraba el por qué, pero recordaba su sonrisa al despertar, ese ínfimo momento de felicidad valía la pena. Debía aferrarse a él. Era un nuevo hilo del que tirar. Un principio del cual volver a partir…Si es que Rodrigo aceptaba dejarse convencer por su padre y su hermano.

              Aceptó.

              Fue Matías quien salió a buscarla al huerto para comunicarle la noticia. Su hijo mayor había ido a resolver el asunto de la avería del coche de ella y de paso a traerse su equipaje a la casa. Aquel día hasta Millán fregó contento los platos con la ilusión de no tener que hacerlo más.

              Era todo tan repentino que hasta ella sentía vértigo ante el brusco vaivén de los acontecimientos. Un día iba a casarse, al siguiente se echaba atrás y se fugaba y al siguiente daba un giro dejando a un lado la Psicología para trabajar de asistenta…

              -¿De qué?- Paula estaba segura de no haber entendido a su amiga.

              -Asistenta- Repitió Julia.

              Hubo un corto silencio al otro lado de la línea.

              -Tu sabes que no sabes nada de eso, ¿verdad?- Dijo Paula al fin.-¿Tu te acuerdas de la lata de cocido que pusiste directamente al fuego y que hasta la semana pasada como quien dice, hemos estado encontrando garbanzos? Tu sabes que eres la única persona en el mundo que quema las tostadas en frío, ¿verdad? Que entre el café que haces y el agua donde están a remojo un par de calcetines sudados, es preferible el té de calcetín.

              -No exageres… Es solo que nunca he puesto demasiado interés; pero sé que puedo hacerlo… Además está internet y vosotras…

              -Pero…¿por qué?

              -¡No lo sé! Solo sé que estaban hablando de ello y que de pronto he dicho que yo puedo hacerlo y he contado tantos embustes como veces he abierto la boca para contestar… He planificado demasiado mi vida y no ha salido bien. Ahora, me dejaré llevar…Y si tengo que empezar a improvisar y ser espontánea, aprenderé.

              Paula conocía bien a sus amigas y a Julia no se le daba bien lo de la espontaneidad. La única vez que se dejó llevar fue aquel día, tiempo atrás, en el que mencionó ante un César Guzmán muy seguro de si mismo, que Magalen no había ido al supermercado si no a encontrarse con el conde Martini. Después se arrepintió mil veces, las mismas que repitió aquello de ”¡esto es una bola de nieve que va creciendo y creciendo…!” El caso era que salió bien, porque Mami y el Profesor estaban felizmente casados e iban a ser papás. Claro que también estaban ella y Mapi para arreglarlo todo…o estropearlo más. Fuera como fuere, de algo estaba muy segura y era de que ni Julia, ni ninguna de ellas, estaría sola mientras estuvieran las otras tres.

               -Mantente en contacto con nosotras, llama siempre que puedas y cuando libres dínoslo para ir a verte o para que vengas. Mira, por lo menos estas cerquita… en menos de una hora nos plantamos ahí.- Comentó consolándose.- Y al menor problema…

              -Que si…Tranquila. Esto es algo transitorio, el tiempo justo para volver a encauzar mi vida. Unos meses…

              Unos meses, nada más o, nada menos.

               Apenas cortó la comunicación con Paula volvió a reunirse con Matías. El hombre parecía encantado con que ella se quedara, igual que Millán. Decidieron que comenzaría al día siguiente, nadie empezaba a trabajar en domingo, además tendría que deshacer su equipaje y conocer la casa.

              -Vas a estar bastante tranquila,- le decía Matías mientras caminaban por las distintas estancias de la casa,- yo no te voy a molestar para nada, me gusta irme al campo o al pueblo a estar con los amigos. Millán pasa la semana estudiando en la universidad, está haciendo el segundo año de Biología y en cuanto a Rodrigo, se va por la mañana temprano a la consulta que tiene en el pueblo y a hacer visitas…A veces no viene ni a comer…Tiene mucho trabajo…¡Mira! Hablando del ruin de Roma…

              Por la ventana del salón pudieron ver que Rodrigo entraba al patio delantero conduciendo a Cirilo. El mecánico había tardado poco en la reparación. Julia sonrió entusiasmada al verlo funcionar de nuevo. Tenía que devolvérselo a Paula y no lo iba a hacer estando estropeado. Cuando se acercaron al vehículo, Rodrigo ya estaba sacando el equipaje del maletero.

              -Pepe cada día es más rápido.- Comentó Matías a su hijo mayor.- Hace menos de una hora que te has ido y ya estás de vuelta y con el coche arreglado…

              -¿Qué le pasaba?- Preguntó ella.

              -El depósito de gasolina.

              -¿Estaba roto?- Julia se alarmó, estaba segura de que eso tenía que ser caro.

              -No, solo vacío. Es lo malo de estos coches…que de vez en cuando hay que echarles combustible si se quiere que funcionen.-Ironizó cargando con la maleta mientras se detenía junto a la nueva asistenta y le daba un ticket de pago junto con la llave.- Puedes meterlo en la cochera, hay sitio suficiente. Y esto me lo debes, lo he llenado.

             ¡Simplemente era que se había quedado sin gasolina! Había estado a punto de pasar la noche en mitad del campo porque no se dio cuenta de que no había echado gasolina…¡Ni siquiera se le ocurrió pensar en eso!

 

 

 


Comentarios

  1. 👏👏👏 me estoy imaginando la "mascletá" de garbanzos y 😂😂😂😂 ...esto promete!!! A ver las que lía!! 😍😍😍😍❤

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  2. Jajajajjajajja la madre que la parió y el padre que la hizo..vamos a agradecer está historia que pinta estupenda, por un olvido de gasolina!!!!. Cortísimo se me ha hecho Loli...🥰😍👏👏👏

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  3. Vaya panda de amigas! A cuál más loca! 😝😍

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  4. Muy bueno. Va empezar ahora lo mejor porque a esta hasta el agua le sale dura jajaja

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