ALGUIEN COMO TÚ
EL VENDEDOR DE HUMO VIII Allí estaba, con su casi metro noventa, su pecho ancho como el de un gladiador y sus piernas fuertes y firmes como…como… las de otro gladiador. Vestido con un traje sport en tono azul y una camisa a rayas, sin corbata. Llevaba un maletín de buen cuero en la mano derecha, que cambió a la izquierda cuando la vio saliendo del ascensor y acercarse a él. Paula parecía calmada, pero no lo estaba; sin querer sus ojos verdes miraban el maletín como si desearan tener rayos x para traspasar el cuero y ver lo que guardaba en su interior. Notó sobre sí la mirada de él y se obligó a variar su punto de interés. - Pensé que tardarías más,-comentó tras un somero gesto de saludo,- has llegado antes de lo que pensaba de…Toledo. -Había poco tráfico y tengo un buen chófer y un buen coche. ¡Mentiroso rastre