Una inocente conspiración


  CAPITULO 10


       Eran casi las dos de la tarde cuando Julia salió del edificio de la Facultad de Psicología junto a un grupo de compañeros y compañeras.

      -¡Julia…!¡Julia…aquí…!

      Miró a su alrededor y no tardó en descubrir a Mapi dando saltos y agitando la mano para hacerse ver por su amiga, quien se apresuró a ir hacia ella.

      -¿Qué haces aquí?- Sonrió agradada por la sorpresa.-¿No tenías clase de Declamación?

      -Me la he fumado.

      -“Fumas” demasiado últimamente. ¿Es que ya no te lo tomas en serio?

      -Claro que si, es solo que se me ha ocurrido invitaros a comer, como Magalen estaba ayer tan depre…he pensado que podemos animarla un poco hoy, que lo estará más si va a dejar a dejar el equipo de ya sabes quien. ¿Tienes algo que hacer?

      -Pensaba comer con algunos compañeros, pero espera aquí; voy a decirles que no voy.

      Juntas se fueron después a buscar a Paula, que no dudó en plantar a su novio en el césped de la Facultad para unirse a sus amigas en dirección a la Facultad de Ciencias. Fue Mapi la que llamó con los nudillos a la puerta del laboratorio antes de abrir una hendidura en la puerta por la que asomó tímidamente la cara. Vio que Magalen estaba sola y a punto de irse.

      -Hola…venimos las tres para invitarte a comer…

      -Pasad. Estoy sola.-Las invitó.

      -¿No tendrás problemas si nos descubren aquí?- Preguntó Paula mirando a su alrededor con interés periodístico.

      -¿Quién os va a descubrir? Lorenzo y Matías se han ido ya y el profesor se fue esta mañana y no ha vuelto, ni creo que vuelva porque dentro de un rato empieza su clase…

      -¿Le has dicho que te vas?

      -Si…Paula no toques eso, por favor; el mas leve movimiento puede dar al traste siete meses de pruebas e investigación.-Advirtió a su amiga.

      -¿Qué es?-Preguntó Paula alzando las manos como si la hubieran apuntado con una pistola.

      Magalen se acercó al complicado entramado de pipetas y tubos de ensayo en los que se maceraba un líquido azul.

      -Esperamos que sea la panacea más rápida para descubrir el dopaje .

      -¿Qué?

      -Es una sustancia a base de distintos alcaloides que en contacto con los distintos humores biológicos detectará casi de inmediato la presencia de diferentes sustancias dopantes sobretodo en deportistas.

      -No parece algo muy importante, ¿no?

      - Mapi, el mundo ha avanzado con pequeños pasos, pero dando muchos pequeños pasos llegamos lejos. Avanzar es el objetivo de todo, también de la ciencia.- Suspiró y comenzó a quitarse la bata.

      -No nos has dicho como le ha sentado al profesor que te vayas…

      - Se ha enfadado un poco. Bueno, en realidad se ha puesto furioso y…

      Se interrumpió sobresaltada ante la impetuosa entrada en el laboratorio de Marisa, la secretaria de los catedráticos.

      -Estas aquí todavía, Magdalena,-dijo muy apurada,-¿sabes donde puede estar la documentación del profesor Guzmán?- Preguntó haciendo caso omiso de la presencias de las otras.

      -No sé…-Miró a su alrededor,- estará en su chaqueta.- Se acercó a la prenda que pendía del perchero y rebuscó en los bolsillos.- Aquí está. ¿Pasa algo?- Se atrevió a preguntar ante el nerviosismo que mostraba la otra.

      -Mira…no sé. Bueno, si, pasar pasa…pero no sé qué. El abogado del profesor ha llamado pidiendo que le lleven la documentación a los Juzgados de Plaza Castilla.

      -¡Mari…¿por qué?!¿Le ha pasado algo al profesor?

      -Ya te he dicho que no lo sé. Ha llamado su abogado y me ha dicho que suspenda la clase de don César y que le haga llegar de inmediato su documentación, porque la necesitan para no se qué papeleo referente a una denuncia por agresión. ¿No sé más!

      Las tres amigas volvieron sus miradas hacia Magalen que estaba muy pálida y apretaba con tanta fuerza la cartera del profesor que la secretaria no podía arrancársela de entre las manos.

      -¿Le han agredido?¿Está mal?...¡Dios mío que no sea nada por favor!...-Exclamó.- No te preocupes Marisa, yo le llevaré la cartera

      -Estupendo, así yo aviso a los alumnos de la suspensión de la clase…¡Gracias cielo!

      Magalen se olvidó de sus amigas, de la bata y de todo lo que no fuera la cartera del profesor.

      -Espera, no puedes conducir en ese estado…-Mapi corrió tras ella y las otras dos la siguieron. Intentaban detenerla, pero no tenían forma de alcanzarla.-¡Vamos contigo!

       Magalen casi no las oía, su mente era un barullo de malos presentimientos en los que veía al profesor leso por una paliza. Quizá quisieron robarle y al no llevar la cartera le habían atacado…

      Sus amigas llegaron junto al coche de ella y Mapi le quitó la llave para conducir ella.

      -Tranquila, Magalen; es un hombre joven, es fuerte, es deportista…Que le hayan dado unos cuantos golpes no es para temer que le hayan herido seriamente; además de ser así no estaría en los juzgados si no en un hospital y en vez de poner él la denuncia la pondría solo su abogado… - Le decía Paula a la nuca de Magalen.

      Mapi conducía lo más aprisa que el tráfico permitía. Notaba a su lado los temblores de su amiga, pero al mirarla de tanto en tanto le daba la sensación de que Magalen ni veía ni oía …

      Llegaron las cuatro a los juzgados y pidieron información sobre César Guzmán al funcionario que estaba en información. Este marcó un número en el teléfono interno, habló con alguien y después de colgar le indicó una sala donde debían esperar.

      Había varias personas en la sala; un hombre golpeado y maltrecho a quien consolaba amorosa una mujerona que debía ser su esposa, un chico de veintitantos años y pelo castaño claro, que paseaba impaciente por la sala y otro caballero de aspecto elegante que estaba sentado y armado de paciencia, a lo que parecía.

       Todos volvieron sus miradas hacia ellas cuando las vieron llegar, pero salvo el correspondiente saludo, nadie dijo nada más. Poco después llegó el abogado del profesor. Magalen no le conocía pero él se presentó a todas a sabiendas de que entre aquellas cuatro mujeres estaba la persona que le había llevado la documentación.

      -Yo…Aquí está.- Se acercó Magalen dándole la cartera con manos temblorosas.-¿Puedo verle? ¿Está aquí?

      El abogado, un hombre de mediana edad  y prominente estómago, sonrió bonachón.

      -No hay nada de lo que preocuparse, señorita. En cuanto arreglemos el papeleo y paguemos la fianza que ha impuesto el juez podrá irse a casa.

      Magalen parpadeó extrañada.

      -¿Le han agredido y encima le han puesto una fianza?...¡¿Pero en qué clase de país estamos?!

      -No le han agredido,-informó el letrado en voz baja que solo ella pudo oír,- él ha sido el agresor.- Y miró hacia el hombre lesionado que estaba unos metros más allá con su esposa.

      -¿Qué?

      El abogado volvió a sonreír sintiendo toda la simpatía del mundo por Magalen.

      -Venga conmigo, cuanto más tiempo estemos aquí mas tiempo pasará retenido…

      Magalen se humedeció los labios resecos y volvió con sus amigas.

      -Voy con el abogado; esperad aquí.

      -¿Qué vais a hacer?¿Está bien?

      -No lo sé. No sé que está pasando, pero dice el abogado que él es el agresor.

      -¿El profesor?- Se asombraron las otras.

      Magalen asintió al tiempo que se apresuraba a seguir al abogado.

      Las tres amigas se miraron incrédulas.

      -¡El profesor!- Repitieron incrédulas.

      El chico de pelo castaño se acercó a ellas.

      -¿Es profesor?- Preguntó con aire divertido.-¿De qué? ¿De Kárate?

      Paula se volvió altiva hacia el joven y dijo orgullosa:

      -Es Catedrático y Doctor de Ciencias Bioquímicas en la Universidad Complutense.

      -¡Caramba!- Se asombró el chico.- ¡Pues nadie lo hubiera creído viéndole sacudir de esa manera al señor Mantilla.!

      Julia adoptó la misma actitud de Paula.

      -Oiga, seguramente no estamos hablando de la misma persona…, así que, por favor…

      -Claro que hablamos del mismo. Ese que se ha ido con la amiga de ustedes es el abogado. No hace mucho he estado declarando ante el Juez de guardia.

      -¿Usted?

      -He sido testigo… y ese señor del traje también.- Señaló al caballero.- Yo trabajo en el hotel Luxury, que es donde han ocurrido los hechos. Soy ascensorista.

      Ellas se miraron entre si, sorprendidas.

      -¿Qué hacía el profesor en el hotel Luxury?

      El ascensorista se encogió de hombros; miró al lesionado y a la mujerona y tras asegurase de que no le oían comentó divertido:

      -Lo que hacía no lo sé, pero el viaje no lo ha hecho en vano.

      -¿Qué…ha pasado? – Ellas le rodearon.

     -Pues ese hombre, el agresor, ha llegado alrededor de las nueve y media esta mañana. Entró en el ascensor y me dijo que le llevara a la planta de la suite Imperial.

      -¡La suite Imperial!- Exclamó Mapi sin respiración.

      -Si. Yo apenas le vi me dije que aquel hombre iba a causar problemas. Me preguntó como se decían unas palabras en italiano; yo, poco sé, pero bueno, me defiendo, como todos en el hotel. Salió del ascensor y al primero que se cruzó por el pasillo, que era ese señor,-volvió a señalar al caballero del traje,-le soltó el saludo que acababa de aprender, pero el caballero no tenía ni idea de lo que le dijo, así que el otro siguió su camino hasta la suite Imperial. El iba exaltado, la verdad, mas quemado que la moto de un hippy, ¡Buf…cómo iba! En fin, que llamó a la puerta de la suite Imperial y le abrió el señor Mantilla, que es el encargado del cuerpo de limpieza del hotel y estaba allí comprobando que las camareras habían hecho bien su trabajo y habían dejado la suite lista para volver a ser ocupada. Osea, que estaba pasando el dedo,-aclaró de modo más coloquial.- Su profesor de ustedes, apenas le vio le soltó el ”buongiorno, finalmente ci incontriamo” Y el señor Mantilla, creyendo que el otro era italiano le contestó algo en el mismo idioma. ¡No sé qué querría decirle, pero no le dio tiempo a terminarlo fuera lo que fuese! Al exaltado parece ser que le sentó mal la respuesta porque se adelantó un paso hacia él ¡y le dio el paquete de navidad!

      -¿El paquete de navidad?

      -Si señorita. ¡Le dio cuatro tortas ”imperiales”!, Así, de principio, sin enmendarse y todas en el mismo carrillo. Miren que yo esperaba algo parecido porque la cara del tío lo venía avisando, ¡pues ni por esas! Cuando quise echar mano, el señor Mantilla ya se había comido el turrón. Y el otro, que le tenía cogido por la pechera, va y le dice al señor Mantilla que se vaya a Italia, pero solo. El señor Mantilla, aterrorizado, va y se atreve a decirle que lo deje, que tiene mujer e hijos y el otro le dice que ya lo sabe; osea que estaba enterado, ¿eh? ¡En fin! Le da otra sacudida y le repite que se vaya a Italia, solo, ¡pero no a cualquier parte de Italia, no! ¿Qué se creen?¡Quería que se fuera a la Toscana a hacer vermut!...¡Que hay que ver que tienen perejiles los antojitos del tío!...¿Quién verá al señor Mantilla haciendo vermut en la Toscana?¡Si todavía le hubiera mandado a hacer galletas a Aguilar de Campoo…!

      Las tres chicas se miraban perplejas.

      -¿Quiere decir…-preguntó Mapi mirando al señor Mantilla,- que el profesor ha puesto así  ese hombre?

      -No exactamente, porque ese señor y yo llegamos y logramos separarle; pero al escándalo vinieron varias kellys y la “vaca”, así llamamos a la gobernanta, porque es asturiana y está de buen año,- señaló a la mujerona que estaba con el lesionado.- Y cuando le dijo al exaltado que ella era la mujer del señor Mantilla y quiso defender a su marido, el agresor le contó que si le había dado su merecido era porque el tío es un canalla que la está engañando, que está liado con su secretaria y que se la quiere llevar a un dúplex de Roma.

      -¿Y qué hizo la vaca?

      -Pues como buena asturiana empezó a dar leches a mansalva al marido mientras le llamaba de todo lo que se le venía a la boca. ¡Yo no podía con ella y eso que intenté sujetarla para que dejara de sacudir al señor Mantilla! Le ha puesto fino. El, que fue a la suite Imperial a pasar el dedo por si había polvo; ahora se lo podemos pasar a él tranquilamente, que no le queda ni una mota.

      -Pero ¿cómo es posible que su mujer creyera lo que estaba oyendo? ¿Es que no conoce a su marido o…?

      -Conocerle si que le conocerá, pero así, al calor de la pelea se le soltó la mano y hasta que no se acordó que su marido no tiene secretaria, ni dos duros para llevársela a ninguna parte, porque lo único que tienen dúplex son las facturas… en fin, ahora se está haciendo perdonar. A todo esto vinieron los de seguridad y aquí estamos. El agresor le ha dicho al juez que se había equivocado, pero ¡quiá! ¡Ha acertado en todas! Cuatro bofetadas, cuatro plenos…¡Claro que le gana la gobernanta, guantazo que le daba, guantazo que lo meneaba del sitio!

      -¿Qué ha dicho el juez?

      -Le ha condenado a pagar una multa de doscientos cuarenta euros. Total: a sesenta euros cada galleta. Que digo yo que como se enteren las kellys lo mismo hacen una colecta y en plan generoso al señor Mantilla le caen galletas como para hacerle la competencia a la Fontaneda, porque la verdad es que el tío las tiene hasta el moño…

      Las tres jóvenes se miraron en silencio mientras esperaban a que el ascensorista se diera otro paseo y las dejara solas.

      -¿Estáis pensando lo mismo que yo? -Preguntó Paula sin ocultar su nerviosismo.

      - Si, si estás pensando que somos estudiantes muertas.- Susurró Mapi.

      -Eso mismo.- Asintió la primera haciendo un veloz resumen de la situación.- El profesor ha ido al hotel buscando al conde. Ahora se lo dice; le dice que quería brear al italiano para que no se la llevara a Italia, ella le dice que a la que se quiere llevar es a ti, que ni siquiera le conoce, él le dice que tú le dijiste que el conde la quería a ella, ella se vuelve contra ti, tu lo cantas todo y con el precio de saldo que tienen las galletas, las que le hacemos la competencia a la Fontaneda somos las tres en sociedad…En sociedad anónima porque cuando Magalen acabe con nosotras no nos va a reconocer ni nuestra familia.

      -Y hablando de familia, Mapi, tu tío es una patata caliente…-Recordó Julia tan angustiada como Paula.

      -¿Y tu padre?¿que es tu padre, guapa?

      -No seas tan susceptible, no lo digo por ofender. Lo que quiero decir es que si Magalen le ve por aquí se convierte en el cuarto asociado de la fábrica.

      -Hasta ahora he conseguido mantenerle lejos, ¿no? Y se va el domingo…  nos vamos si es que se sigue empeñando en llevarme con él.

      De pronto Paula abrió los ojos con horror cuando vio que Magalen se acercaba con paso firme y expresión asesina.

      -¡Chicas, chicas…rezad lo que sepáis que aquí viene hecha una furia!

      -¡Ay, cielos, que cara trae!

      Magalen pasó ante ellas sin detenerse.

      -¡¡Vámonos de aquí!!- Ordenó en un tono que no admitía réplica.

      Las otras obedecieron como corderitos.

      -¡Estamos muertas!...Nos saca de aquí porque no quiere testigos…

      Paula se atrevió a dar una corta carrera y alcanzar a su iracunda amiga.

      -¿Qué…qué ha pasado?

      Magalen llevaba los puños apretados.

      -¿Que qué ha pasado?...¡Pues que encima de que vengo corriendo a sacarle…por que, si, es cierto que se ha pegado con no sé quién, por no sé qué, no sé dónde; pues eso, encima que vengo corriendo, me ve y me dice con mala cara que para qué he venido, que él no me ha llamado y que no es asunto mío lo que él haya hecho… El abogado se ha puesto de mi parte intentando hacerle ver que yo he acudido muy pronto  para ayudarle y que había dejado a mis amigas en la sala…Y él va y me dice que por qué no me he traído también al séptimo de caballería para que se enteren de que está detenido! Y yo ya he tenido que saltar, porque no podía callarme más y le he dicho que como no se entera nadie es no haciendo motivos para que lo detengan, que él es un Catedrático de ciencias y no el chulito del recreo. El se ha puesto rojo como un tomate, avergonzado, claro, pero me ha dicho de malas formas que él sabe lo que hace, cosa que yo no sé, ¡porque no sé ni por dónde me da el aire! Y que le deje en paz. ¡Y yo le he dicho que vale!¡Que bueno!¡Que muy bien! Que le dejo en paz y que considere esto como una despedida. Y él, sonriendo cínico, me ha dicho que no tenga tanta prisa en despedirme, que todavía no se ha dicho la última palabra. ¡Y eso me ha puesto más furiosa, porque es capaz de no dar el consentimiento para que me vaya al otro equipo y Don Agustín me ha dejado muy claro que si el profesor Guzmán no quiere, no entro en su equipo!

      Mapi y Julia iban detrás oyendo todo esto. La rubia se acercó a la futura psicóloga para decirle entre dientes:

      -¡Qué potraaaa…!¡Qué potra tenemos, Julia! Mientras estos sigan hablando cada uno de lo suyo estamos a salvo. ¡Todavía esquivamos tu bola de nieve! Está claro que ella le habrá dicho que se va con el Noble, el profesor, y él ha pensado que se va a Italia con el Conde y por eso ha ido al hotel.

      Julia se detuvo en seco.

      -¿Por qué?- Preguntó ceñuda.

      -¿Por qué, que?

      -¿Por qué le ha pegado el profesor al conde Martini?

      Mapi miró a Julia y cogiéndola por los hombros la sacudió.

      -¡Despierta, Julia!- Le dijo.-El profesor no le ha pegado al conde Martini. No puede pegarle porque el conde Martini no existe, ¿lo recuerdas? El profesor le ha pegado al pasadedos buscapolvo.

      -Si, lo sé; pero él pensaba que era el conde Martini.-Insistió.- Es un científico, tú dijiste que los científicos piensan, meditan analizan…y no actúan. ¡Este actúa! Y si no que se lo pregunten al señor Mantilla…-Comentó pensativa.- ¿Por qué?

      -¿Qué sé yo? Tendrá instinto paternal hacia Magalen.

      Julia sonrió burlona.

      -Dejando a un lado la psicología, el sentido común nos dice que un hombre que tiene instinto paternal hacia una mujer, no le come la boca, guapita.

      -Bueno… él es su profesor desde hace muchos años, la conoce…

      -A mis profesores, a todos, les trae sin cuidado que yo, o cualquier otra alumna, nos fuguemos a Roma con un conde o a Mombasa con un cazador de leones.

      -Y a los míos también, pero… no sé…-La miró dudosa.-¿Qué piensas?

      -Pues que queremos mucho a Magalen, que es nuestra amiga, nuestra “mami”, pero quienes más la hemos subestimado somos nosotras. ¡Magalen se merece que la quiera un conde imaginario!¿Por qué no se nos ha ocurrido pensar que puede quererla un profesor real?

      -¡Porque él es un tonto, no porque ella no se lo merezca!

      -Pues a mi me parece que no es tan tonto.

      -¿Tú crees que él?...-Julia respondió con un asentimiento.- ¡Venga ya…!- Rechazó Mapi.- Ya la oíste a ella: Es un instrumento de laboratorio para él. ¿Y si la quiere por qué no le ha dicho nada en todo este tiempo?

      - Puede ser que no lo supiera.

      -¡Chorradas!...

      -Tengo la sensación de que, por una vez, voy un paso por delante de vosotras.

      -Si claro, como cuando dijiste que era el profesor quien había llamado al hotel haciéndose pasar por el conde…

      -¿Quién si no?

      -No lo sé, a lo mejor fuiste tu y quieres librarte de sospechas… ¡Y vámonos, que esas se están impacientado!

      Julia torció la boca en un mohín de fastidio. Mapi no la creía, sin embargo ella pensaba que si se analizaba cuidadosamente toda la situación, sus sospechas podían resultar ciertas. ¡No era cuestión de psicología…Era sentido común!    

  


Comentarios

  1. Jajaaajaja jajajjajjaja Loli!!!!! No me he podido reír más.. viva tú!!!! Jajajajajjaja la somanta de leches del profe y de la Asturiana. Jajajjaaj ya lo tiene todo para un buen desayuno el pobre hombre. Que bueno.. que risas y que potra..pero la que he tenido yo de encontrarte.. me haces bien.. mucho bien.. hacia muchísimo que no me reía leyendo....gracias GRACIAS!!!😘😘😘😘

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    1. Me hace muy feliz haceros reír. Es lo que pretendo con esta novela, así que me quedo más ancha que larga.
      Gracias.

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  2. Que ocurrencias con tanta expresiones, lo que es cierto, es que el embrollo cada vez es mayor y deseando estoy ver, como este catedrático admite lo que parece no había sentido antes. Gracias Loli 😘😘

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    1. Gracias, me alegra saber que te gusta, que disfrutais un ratito gracias a mi.

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  3. Yo también quiero acciones de Fontaneda o de Cuétara, qué me he reído!!!

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    1. Me encanta saber que estrujarme el cerebro sirve para que paséis un rato divertido.
      Ya queda poco...

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  4. Qué maravilla!!!! Una historia muy divertida.... justo lo que necesitaba. 🌹

    Lupita Campuzano

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    1. Gracias guapa, me alegro muchisimo si he contribuído a sacarte una sonrisa.
      Un abrazo

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  5. Respuestas
    1. Te dije al principio que se iba a enredar y como ves no te engañé.
      Disfruta de lo que queda.

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