Una inocente conspiración

 


CAPITULO 3


      Magalen volvió a casa cargada con cinco bolsas. Había tardado más de lo que pensaba porque el supermercado estaba a tope de gente. ¡Cielos!¿Es que toda la gente elegía el sábado para hacer las compras?¿Qué pasaba el resto se la semana? Dejó las bolsas en la mesa de la cocina y comenzó a vaciar su contenido y guardarlo en los armarios.

      -Hola, no te he oído llegar.

      Casi dejo escapar un grito de susto al ser sorprendida por la voz de Paula. El piso estaba tan silencioso que había pensado que estaba sola.

      -Creí que ya os habíais ido.- Miró con agrado a la joven futura periodista. Se había puesto muy guapa y siempre a la moda con un vaquero roto, que ella odiaba, pero que a Paula le sentaban especialmente bien. Era alta y esbelta, con el pelo rizado de color castaño oscuro, como sus ojazos de brillo inteligente. Llevaba también una camiseta enorme, parecida las que Julia usaba para dormir, con un nudo a la cadera para ajustarla. Suponía Magalen, que iba a pasar el día con Guillermo, su novio o, como Paula decía:” su amigo con derecho a roce”.

     -Julia si, yo me marcho enseguida,-la ayudó guardando algunas latas en el armario mientras hablaban,-…y Mapi no sé qué va a hacer. Ha estado hablando por teléfono con alguien un montón de tiempo y luego se ha metido en su cuarto, imagino que estará buscando la ropa para salir esta tarde, como la poca tiene tan poco donde elegir y tan barata…-Ironizó.- Ha venido el profesor Guzmán y le hemos dado la carpeta. También ha dicho que vayas esta tarde al laboratorio a las cinco, que él solo puede estar hasta las ocho.

      Una sonrisa entusiasmada se formó en los labios de Magalen.

      -¡Bien! ¡Estupendo!

      -¿Estupendo?-Frunció el ceño molesta.-Hoy es sábado Magalen, deberías plantarte ante ese esclavista y decirle que tienes derecho a descansar alguna vez o a salir con algún amigo o a tener un novio…

      -¿Un novio? Eso es justo en lo que estoy pensando…-Seguía sonriente y a su tarea.- No sabes de lo que hablas. Ese a quien tan arbitrariamente llamas “esclavista” me va a dirigir en un experimento que necesito para mi tesis doctoral, a pesar de que, como muy bien has dicho, hoy es sábado.

      Paula ahogó una exclamación avergonzada.

      -Y no es la primera vez que lo hace, además gracias a él tengo todos los medios necesarios a mi servicio, ya sabes que hay cosas que son muy caras y que una chica de Ricla, hija de un obrero y un ama de casa no tiene dinero de sobra para poder acceder a todo. Si, tengo una beca, pero no llega para todo…

      -Me acuerdo que cuando te conocimos Paula y yo, cuando vinimos a alquilar cada una su habitación, tu trabajabas en la pizzería.- Afirmó Paula sonriente.

      -Si, y allí conocí a Mapi, con un montón de bolsas a sus pies y llorando como una Magdalena…La pobre…

      -¿La pobre? Pero ¿tú sabes el nivel de vida que tiene esa “pobre”?

      - Está sola.- Fue su respuesta a aquella pregunta.- Bueno, ahora no, nos tiene a nosotras. Se alojaba en el hotel…no sé cual, de cinco estrellas y tenía hasta servicio de chófer, pero estaba sola.

      -Si. Y le dijiste que teníamos una habitación para alquilar y que si se quería venir. Y se vino a vivir con la plebe.

      -Es la persona más libre que conozco, pero creo que en el tiempo que lleva con nosotras es cuando ha conocido de verdad el afecto y el valor de sentirse parte de algo, de implicarse en algo. Su padre y su tío, fíjate no le dan mas que dinero… -Pero bueno, vamos a dejarla en paz que elija sus…modelitos Dior o Versacce o…qué sé yo, para salir con el pintor o cualquiera de los otros…tantos que tiene…- Sonrió con afecto y después achicó sus brillantes ojos azules-¿De qué estábamos hablando que hemos venido a parar a Mapi?

      - De que el profesor te ayuda dirigiéndote y te deja instrumental y no se qué más que no tendrías a tu alcance si no fuera por él.

      -Así es, y además, tengo acceso a los datos que necesite de su ordenador o de la biblioteca. Es una gran persona.

      -Estás enamorada de él…-Paula lo soltó como si soltara un comentario ajeno.

      -No digas tonterías.

      -¿A qué viene tanto negarlo?- Se quejó la otra.-Con nosotras no te vale tanto disimulo, con los demás si, pero nosotras te conocemos bien y sabemos que ya estabas enamorada de él cuando te conocimos. Tu no hablas de ello y te dejamos porque es una parte muy tuya, pero sabes, como sabemos nosotras, que por fingir que algo no existe, no va a desaparecer.- La vio morderse el labio inferior, afectada por la charla.-¡No te avergüences ni te sientas culpable, Magalen! Es algo normal que te guste, es un tío guapo como pocos, si no…¡ se iban a fijar en el la Ríos y otras como ella…!

      - No es eso, Paula,- comentó por fin admitiendo por primera vez sus sentimientos.- Su físico es lo de menos.

      -¡Venga ya…!- Exclamó la otra, incrédula.

      - ¿Por qué quieres tú a Guille?

      -Todavía me lo estoy preguntando y alguna razón seguro que hay…porque yo no hago las cosas porque si.- Bromeó

       -Te aseguro que cuando entré por primera vez a su clase me quedé muda, como todas, y cuando me habló me temblaron las piernas, como a todas, pero después, al ir conociéndole más, al relacionarme más con él su físico pasó a segundo plano. Es un hombre serio, le encanta su trabajo, lo siente y me lo traspasa a mi. He elegido la bioquímica porque él me ha contagiado el interés que me apasiona. Cuando vio que trabajaba en la pizzería me dio un trabajo en su equipo, así que tengo un sueldo que me ayuda y trabajo con él, en lo mío, en algo que me enriquece como profesional. Y en mi tiempo libre preparo un doctorado y él saca tiempo del suyo y me dirige.

      -Oye, tal como lo cuentas…a lo mejor es el quien está enamorado de ti…

      -Qué graciosa…

      Paula se sentó y empezó a doblar las bolsas vacías que luego les servían para la basura.

      -Lo que no entiendo es que tú eres una mujer guapa, no vamos a decir una miss mundo, pero bien, guapa, ¿por qué no haces algo para que se fije en ti? Tu podrías cambiar algo…no sé…quizá hacer alguna insinuación.

       -No seas absurda, él es mi profesor, el director de mi tesis.

      -¿Y qué? ¡Ah, lo dices por que…! ¿Cuantos años te lleva? ¿Once o doce? No son tantos… hoy en día…

      -Que no se trata de eso. El es… un genio, es… encantador, sensato, amable, comprensivo…

      -Tienes razón, ¿qué mujer soportaría a un tío así?

      - Déjalo ya. Si hubiera querido algo conmigo, ha tenido mucho tiempo desde que empecé a estudiar la carrera. El no se ha fijado en mí de ese modo…

      - Pero si te arreglases un poco…solo un poco.

      -¡ Se acabó el tema!-Lo zanjó de golpe.-Vas a llegar tarde adonde quiera que vayas…

      Paula se resignó, de hecho era un triunfo que Magalen hubiera admitido sus sentimientos ante ella.

      -De acuerdo, mami,- se acercó y le besó cariñosa la mejilla.-No estás enfadada con nosotras, ¿verdad?

      -¿Con vosotras?

      -Las otras dos garrulas saben lo mismo que yo, por eso hoy al verte llegar llorando…nos ha dado tanta pena.

      -Pues no os dé pena, ya has visto que se ha redimido con esas tres horas que va a pasar ayudándome, por lo que ahora estoy muy contenta.

      Paula hizo un gesto de despedida y se fue. Magalen terminó de doblar las bolsas de plástico, hizo las cuentas de la compra y se metió en su cuarto a preparar algunas notas para la tarde, las repasó en profundidad y a mediodía volvió a la cocina a prepararse la comida.

      Se disponía a comer cuando recordó que Mapi estaba en su cuarto. Se había olvidado por completo de ella ante las escasas señales de vida que había dado. Dio unos golpes en la puerta de su cuarto y avisó en voz alta que la comida ya estaba preparada. Le sorprendió la respuesta apagada de la otra .

      -No me apetece comer. Déjame.

      Frunció el ceño y sin más abrió la puerta, encontrando a su amiga tirada en la cama.

      -¿Te encuentras mal?- Preguntó con cierta alarma.

      -No.

      -Entonces ¿qué te pasa?

      -Nada.

      -No te creo; algo te pasa. ¿Has recibido malas noticias de tu padre?

      -Mi padre está en Sidney, muy lejos de mi, como siempre…- Gimoteó apenada.

      Magalen parpadeó contrariada. Se acercó a la cama de su amiga y se sentó en el borde, apoyando la mano en el hombro e Mapi.

      -Mapi…-No supo qué más decir.

     -Déjame sola, Magalen, por favor…

     -¿No quieres decirme qué te pasa?- Preguntó con vos suave como la seda, conmovida al ver las huellas del llanto en el rostro de su amiga.- A lo mejor puedo ayudarte.

      -No, no puedes hacer nada…

      Magalen no respondió. Ignoraba qué le pasaba a Mapi, pero quizá lo que su amiga realmente necesitaba era estar a solas; así que se dispuso a salir de la habitación.

      Mapi vio que la otra no insistía más, así que se apresuró a incorporarse y sentarse en la cama para detenerla.

      -Magalen, quiero que sepas que me voy.

      La bioquímica se volvió confundida. No entendía a Mapi, primero estaba postrada en la cama y de pronto decía que iba a salir.

      -¿No quieres comer antes? La comida está ya preparada.

      -No me refiero a eso. Me refiero a que…me voy de aquí, os dejo, dejo mis estudios, dejo mi país.

      -¡Mapi…! No entiendo…por qué y así de forma tan repentina.- Volvió para sentarse a su lado-¿Es que pasa algo malo?

      Mapi se encogió de hombros desvalida, apenada.

       -Es algo muy complicado y tengo la sensación de que nadie puede ayudarme.- Rompió a llorar desesperada en el hombro de su amiga.-Me siento muy sola Magalen, mi padre está muy lejos…y yo no sé qué hacer…

      Magalen acarició el pelo rubio de Mapi sintiendo que las lágrimas afloraban a sus ojos.

      -¿Qué te pasa, cariño? Si yo puedo hacer algo  para ayudarte lo haré…ya lo sabes. ¿Qué es?

      -¿No se lo dirás a nadie?

      -Por supuesto que no.- Le dio un pañuelo de papel para que se secara las lágrimas.

      - Está bien. Verás…-Se interrumpió un instante para limpiarse las lágrimas y calmarse, luego comenzó:- Hace tres años, antes de venir aquí a estudiar Arte Dramático, fui a Italia a estudiar Arte, a secas, ¿lo sabías?

      - No, lo cierto es que no sé nada de eso; se que has viajado mucho y sola, que has empezado muchos estudios porque tu padre quiere que te saques una carrera…pero así, específico, no sé nada.

      - Era casi una niña, Magalen, tienes que entenderlo…-Suplicó llorosa.

      -Pues claro, mujer.-La consoló aunque no sabía qué tenía que entender.

      -Mi padre, como siempre estaba de viaje, ganando dinero. Toda mi vida ha sido así, ya lo sabes… Siempre he estado sola…El caso es que cuando estuve en Italia, en Roma concretamente, conocí a un hombre del que me enamoré con ceguera…El conde Salvatore Martini, fue mi primer…no…¡Mi único amor!

      -¿Un conde?

      -Si,-afirmó compungida,- el hombre más maravilloso del mundo. Guapo, irresistible, comprensivo… rico…¡Y me idolatraba! Yo necesitaba amor y él ¡me adoraba Magalen! Me decía que yo era su todo. Que era su Venus virgen y que me iba a llevar al Olimpo porque ese era mi lugar…y yo…era una chica inocente entonces…y me dejé llevar al Olimpo…

      Magalen escuchaba atenta y comprensiva. Entendía que el conde donde se la llevó realmente fue “al huerto” y no al monte Grecia.

      -El fue mi primer amante. ¡Lo fue todo para mi! Vivíamos en un dúplex en la piazza di Spagna. Pero un día todo se acabó. Yo le dejé y volví aquí herida, queriéndole aún. Lo que ha sido de mi después ya lo sabes, porque nos conocimos cuando trabajabas en la pizzería y me diste un hogar y os convertisteis en mi familia vosotras tres…y dejé de estar sola…Yo creía que le había olvidado. Pero no es así. Esta mañana, poco después de que te fueras al supermercado, él me ha llamado por teléfono. Está aquí, en Madrid, se aloja en el Luxury, resulta que hace dos días me vio y me siguió hasta aquí.

      Magalen se sobresaltó. No esperaba eso. Habría que ponerse en guardia por si el tipo quería hacerle daño a Mapi.

      -¿Qué es lo que quiere? Porque…

      - Quiere que vuelva con él a Italia. Dice que sigue amándome, que nunca me ha olvidado, que me buscado por todo el mundo desde que me escapé de su lado; que sigue queriéndome como cuando vivíamos en el dúplex…-Suspiró profundamente.

      Magalen se humedeció los labios y pensó mucho lo que debía decir.

      -Eso es lo que él quiere, pero…lo que nos importa es lo que quieres tú. ¿Le sigues amando?

      -¡No lo sé! ¡No sé si es amor o si es el recuerdo de la pasión enloquecedora que entonces me embargó!

      -Pues deberías pensar lo que sientes antes de abandonarlo todo para irte con él a Italia.

      -¡Es el único amor de mi vida!

      -¡Venga ya, Mapi! Desde que te conozco has tenido un gran amor de tu vida cada mes.- Gruñó mirando ceñuda a la otra.- No quiero parecer dura, pero es así.

      - Ya sé que tu opinas que tengo la moral algo distraída…

      -No, para ser sincera pienso que la tienes en estado comatoso, pero es tu vida y haces con ella lo que quieras, como debe ser…Ahora, solo te digo que pienses muy bien lo que quieres antes de tomar una decisión tan importante. Yo no quiero que vuelvas a sufrir como me has dicho que sufriste en el pasado. Pero insisto en que la decisión es tuya.

      Mapi perdió la mirada en el infinito.

      -En todos mis amantes le he buscado a él.- Susurró melancólica.- No sabes cómo me hacía sentir…Le he buscado en todos los hombres que he conocido, pero ninguno se le puede comparar…

      ¡Pues debía ser un fuera de serie, porque Mapi había tenido decenas de puntos de comparación!...

      Magalen se reprochó a sí misma aquel pensamiento. No era justo pretender juzgar a Mapi en aquellos momentos en los que era tan frágil.

      -Es un hombre muy importante, ¿sabes? Vive en un castello palazzo en la Toscana, su familia es de mucho abolengo, muy antigua e influyente. Admito que todo eso me impresionó bastante, eso y su forma de tratarme. Me hacía regalos carísimos, me…idolatraba. Ahora quiere que retomemos nuestro amor.

      -De acuerdo, eso es lo que siente él, pero insisto en lo importante, Mapi:¿Qué quieres tú?

Pregúntate eso. ¿Qué sientes por él?

      -No estoy segura…Creo que si, que también quiero volver con él.

      -Bien, entonces recapitulemos.- Magalen se puso frente a ella mirándole a los ojos.- ¿Estás dispuesta a dejar tu carrera, tu vida actual, tu país para empezar una vida nueva con él?

      -Es que no estoy segura del todo…¿Tú qué me aconsejas, Magalen? Estoy hecha un lío…No sé qué hacer…- Se desesperó.

      Magalen podía sentir la angustia de su amiga; le pedía un consejo, pero ella no podía dárselo. Era Mapi quien tenía que decidir.

      -Yo no te puedo decir nada sobre lo que debes o no debes hacer. Quizá debas verle y acarar tus sentimientos.

      -¡Si le veo me iré con él, Magalen! No podré resistirme a su encanto. El…me hace perder la razón…¡Es una pasión tan grande la que siento por él!

      Magalen acabó por sonreír feliz.

      -¡Entonces vete con él! Vete con él y sed felices, vivid vuestro amor…

      Mapi no esperaba conseguir aquello. Miró dudosa a Magalen. Quizá había cargado demasiado las tintas con lo del amor y había convencido a su amiga, cuando su intención era que Magalen le aconsejara que no se fuera… Claro que, tal y como había puesto al conde y a su relación sería tonta si no se iba con él a Italia…

      -¿Crees que debo irme?

      -Si le quieres, si, por supuesto. Cásate con él y sé feliz en la Toscana. Y no te olvides de nosotras, a mi me encantaría pasar unos días en un castello palazzo…- Magalen sonreía encantada.

      Mapi tragó saliva. Se había metido en un buen jardín…Pero…¡Un momento! Igual todavía podía arreglarlo…

      -Bueno, yo creo que viviré en el dúplex de Roma.- Sonrió con cierta timidez.

      -Si, claro, supongo que sus negocios estarán en Roma…

      - En realidad no, es que en el castello viven la condesa y sus hijos y no creo que yo pueda estar allí.

      -¡Oh, vamos Mapi! No hay una ley escrita que te obligue a llevarte mal con tu suegra y tus cuñados…-Dijo Magalen divertida.

      Mapi se puso seria y la miró con desconcierto.

      -No… me refiero a su madre y a sus hermanos.

      A Magalen se le congeló la sonrisa en el rostro.

      -Entonces…-Le daba miedo preguntar.- ¿A qué condesa te refieres?

      -Pues…A su esposa y a sus tres hijos…

      -¡¡¿Qué??!

      -Está casado, Magalen, no esperarás que un conde italiano apuestísimo, rico y maravilloso se mantenga soltero a sus cuarenta y nueve años…

      -¡¡¡Cuarenta y nue…!!! ¡¡Cuarenta …y nue…!!-Mapi tuvo que tomar aire -¡¡Cuarenta y nue…ve años!!...

      -¿No te lo he comentado?

      -¡Pues no, fíjate! Su edad y su estado civil son…dos pequeños detalles que se te ha olvidado comentarme.- Se levantó furiosa y paseó por la habitación.

      -Ah…pues no me he dado cuenta.- Dijo con inocencia.-Entonces dices que debo…

      -¡Olvídate de lo que he dicho! ¡No hay nada que pensar ni nada que decidir!

      -Pero…

      -¡Tampoco hay peros!¿Cómo puedes siquiera plantearte la posibilidad de irte con un hombre que podría ser tu padre para convertirte en su querida?- Estaba indignada. Estaba furiosa. ¡Jamás se habría imaginado que Mapi tuviera tan poco cerebro! Si, le gustaba divertirse y ¡qué porras! Estaba en su derecho de hacerlo. Pero ¡¡Aquello!! Para aquello tenía que tener el cerebro atrofiado al límite de la extinción.

     Mapi la miraba compungida paseando de un lado a otro. En realidad estaba aliviada, creía que no iba a lograr sacar a la “mami” que había dentro de su amiga. Menos mal que de pronto se le había ocurrido aquello.

      -Pero Magalen… ha dicho que no se irá a Italia sin mi.

      -¡Pues que se quede a vivir aquí para siempre!...Pero eso si, ¡lejos de ti!

      -Dice que soy el motor de su corazón…

      -¡Tonterías! Eso lo dice para llevarte otra vez …al Olimpo.- Corrió a sentarse a su lado y le pasó el brazo por los hombros intentando hacerle comprender lo que le decía.- ¡No debes caer en esa trampa!¿No te das cuenta de que no te ofrece nada bueno? Escucha cariño, lo que sientes no es amor, es…No sé…El en realidad es un corruptor de menores, un canalla que se aprovechó de tu juventud y tu inexperiencia. Lo que tú ves en él es esa figura paterna que te falta.

      -No lo creo, si yo buscara una figura paterna…no me habría acostado con él.

      -Claro que no. ¡El te sedujo! Tú eras una jovencita inocente y él abusó de ti- Se desesperó.

      - Yo le adoro.

      -Debes resistirte a esos sentimientos. Debes rechazarlos. Aquí tienes ya tu vida, tus amigos, tus estudios y…a nosotras… Aquí tienes tu futuro. Además, piensa en su esposa y en esos tres niños…

      -El más pequeño es de mi edad.

      -Si, claro…lo imagino.- La miró de frente con el alma puesta en los ojos.-Yo sé que eres mayor de edad y que no soy nadie en tu vida, no puedo obligarte a nada, pero te hablo como le hablaría a mi hermana si estuviese en tu situación, con el mismo amor. Olvídate de ese hombre, lo que te ofrece es basura y tu no te mereces eso. Me has pedido consejo y te lo doy. Sobreponte a esos sentimientos. Mira, antes estabas sola, pero ahora no lo estás…nos tienes a nosotras y sé que hablo también por Julia y por Paula al decir que estamos contigo y que sobretodo que puedes contar conmigo para lo que sea…

Mapi se abrazó llorando a Magalen y ella la acogió cariñosa, le limpió las lágrimas- Todo va a estar bien. No llores más, cielo. Te juro que yo no quiero nada malo para ti y tú te mereces mucho más que eso. Te mereces acabar tu carrera y luchar por ser una gran actriz… Mira, le dirás que lo que hubo se acabó y que no quieres saber nada más de él, así te dejará seguir en paz con tu vida… Ven, vamos a comer, veras como te sientes mejor si se te despeja un poco la cabeza…

      Durante la comida ambas se mantenían silenciosas, pensando cada uno en lo suyo.

      -¿A qué hora quiere verte?

      - A las ocho y media en el restaurante del Ritz. Tengo que hacerme pasar por su secretaria.

      “¡Cerdo!...¡Lo tiene todo pensado!”

      -Está bien, iras a esa cita y le dirás todo lo que se merece…

      Mapi estaba algo defraudada. Al parecer no conocía a Magalen tan bien como pensaba. Esperaba que su amiga se ofreciera a ir en su lugar y a tratar ella con el conde. Por un momento pensó en suplicarle que la sustituyera, pero no quería forzar la situación. Magalen se lo había creído todo, pero era muy lista y el mínimo detalle la haría sospechar. No podía arriesgarse. Bastaba con que se diera cuenta de que su debilidad ante aquel hombre podía hacerla ceder al encontrarse con él.

      Magalen estuvo todo el rato con ella, acompañándola. Hasta que no pudo esperar más.

      -Tengo que irme al laboratorio.

      -No te preocupes.

      -Prométeme que no cederás. Que te diga lo que te diga no te acercarás por nada del mundo al hotel Luxury.

      -Ya me conoces, seré firme.- Aseguró con una tímida sonrisa.

      -No vemos a la noche y me cuentas, ¿vale?¡Animo, cariño, todo pasará!

      Mapi se decepcionó cuando, a las cinco menos veinte de la tarde, su amiga se fue al laboratorio de la universidad.

       De no haber tenido aquel encuentro con el profesor Guzmán, Magalen habría ido a hablar cara a cara con el desgraciado del conde. Sin embargo aquel trabajo era importante y ¡a saber cuando podría volver a contar de nuevo con la colaboración de su director de tesis! Bastante hacía él con ofrecerse a ayudarla, además en sábado… No podía dejarle plantado, máxime cuando era en beneficio de ella…

      Se enfureció consigo misma. ¡Hipócrita, eso era ella! Le decía a su amiga que tenía todo su apoyo y sin embargo la dejaba ir a encontrarse con aquel sinvergüenza, exponiéndola a toda clase de peligros inherentes a él. Estaba segura de que la pobre Mapi intentaría resistirse, pero estaba tan desesperadamente enamorada de aquel hombre… Y ella la había abandonado a su suerte…¿A cambio de qué? ¡De un experimento con sustancias químicas y células que ella misma había creado a partir de alguno de sus propios folículos pilosos…

      Por más vueltas que le daba no entendía qué atractivo podía tener un hombre de cincuenta años para una jovencita de veintidós… Por muy buen amante que fuera, por…

      -¡Por favor, señorita Peña, ¿pero qué está haciendo usted?!

      -La exclamación indignada del profesor Guzmán sacó a Magalen de sus cavilaciones. Se dio cuenta de que estaba simplificando mal los elementos.

      -Vaya…- Exclamó azorada.- Lo siento, profesor.

      -¿Qué le pasa? ¡Es un error de principiante!

      Ella volvió a disculparse. Sabía lo que le pasaba. No estaba concentrada. Y no estaba concentrada porque no estaba tranquila. Miró el enorme reloj que había en la pared del laboratorio. Eran las siete de la tarde. Llevaban allí dos horas y no había hecho nada que valiera la pena. Estaba perdiendo el tiempo y se lo estaba haciendo perder al profesor. Se decidió de pronto. Se iba. Iría ella a la cita con el conde, no iba a dejar a Mapi exponerse a la compañía del otro. Pero, ¿qué iba a decirle al profesor? El estaba con su bata blanca, junto a ella. En otras circunstancias anímicas se sentiría muy sensibilizada ante la proximidad de él, pero en aquel momento solo podía pensar en su amiga.

      César Guzmán tenía el ceño fruncido. Su ayudante estaba como ausente…lejana. En ciertas ocasiones se quedaba quieta, con la mirada perdida, como si no supiera cual era el paso que debía seguir a continuación.

      -Pero bueno…¿qué es esto?- Volvió a quejarse ante otra torpeza.-¿Qué le pasa hoy?

      Ella aprovechó el momento y con voz temblorosa se excusó.

     -Lo siento, profesor, yo…no sé como pedirle excusas por hacerle perder su tiempo. Lamento haberle hecho venir cuando es evidente que aún no estoy preparada para este trabajo…

      -¡Por supuesto que lo está!

      -No, no lo estoy. Verá… yo creo que necesito ir a la biblioteca a repasar los métodos de simplificación de Levinson y Klein…y comprobar si lo estoy haciendo correctamente…

      - No necesita ir a ninguna parte lo está haciendo bien, algo torpe, pero bien, se lo digo yo.

      -Aún así…me…me sentiría más segura tomando notas nuevas y …creo que …No sabe cuánto lo siento, profesor. Le he hecho perder su tiempo para nada. Se ha esforzado en venir aquí…

      - No se preocupe por eso.- Le restó importancia al asunto deseando que su ayudante no se sintiera incómoda.-Es lo de menos. Si usted cree que se sentirá más segura yendo a la biblioteca, hágalo y cuando este preparada dígamelo con toda confianza.- Sonrió levemente.

      -¡Gracias, muchas gracias, profesor Guzmán!- Se quitó la bata y la mascarilla con prisa.-Iré ahora mismo…Hasta el lunes…- Se despidió mientras salía como una centella.

      César sonrió desconcertado por la urgencia para ir a la biblioteca que tenía su ayudante. Se quitó la bata y la mascarilla con parsimonia y salió del laboratorio cerrando con llave. Miró su reloj de pulsera. Tenía tiempo de sobra para ir a su cita con Natalia. Mientras iba hacia su coche volvió a pensar en Magdalena Peña. Era una trabajadora incansable; estaba seguro de que iba a ser una excelente bioquímica, no había mas que ver la pasión que ponía en su trabajo.

      No era en su trabajo en lo que pensaba Magalen en aquellos momentos cuando conducía su pequeño utilitario de segunda mano en dirección a su casa. Estaba ya decidida y nada le haría cambiar de opinión.

      Mapi se llevó una sorpresa al verla regresar. Ella, que ya daba su plan por perdido, no pudo menos que sonreír enternecida por la actitud de Magalen y el interés que mostraba en ella; porque si, todo aquello era una burda farsa, pero ella lo ignoraba y aún así dejaba su trabajo por acudir en su apoyo, para evitar que cometiera un terrible error.

      -No es necesario Magalen…

     -Si, si que lo es.- Aseguró tajante.-Tu no debes verle, ni él tiene por qué verte a ti. Iré yo…y haré lo que hay que hacer…¿Cómo le reconoceré?¿Tienes alguna fotografía?

      Mapi dudó un instante. De pronto recordó una fotografía de su tío Damián, el hermano de su padre. Magalen había visto fotos de su padre y también había visto aquella del tío Damián, pero no importaba. Fue a buscarla.

      -Pero…Mapi, este es tu tío Damián…

      Mapi se mordió el labio inferior y hasta se ruborizó.

      -En realidad… no tengo ningún tío que se llame Damián.-Dijo con voz temblorosa.- No es mi tío; ya sé que siempre he dicho que es mi tío, pero os…engañé. Es él…es Salvatore.

      -Entiendo.- Asintió Magalen empapando sus ojos con aquella imagen que, hasta aquel momento, había asociado con el tío de Mapi.- En cuanto le vea le reconoceré.

      ¡No le iba a ver! Ningún conde acudiría a la cita, en su lugar, Magalen recibiría una tórrida carta de amor en la que el conde se excusaría por no poder ir. Para entonces, esperaban que el profesor Guzmán y la modelo que le acompañaba ya la habrían visto y estuvieran haciendo todo tipo de conjeturas.

      -La cita es a las ocho y media en el Ritz, ¿no?- Se aseguró Magalen.- Tengo tiempo de sobra…

      - No tanto… Quiero decir…que no pensarás ir al Ritz con esa pinta…- La señaló.

      Magalen se miró de abajo a arriba.

      -¿Qué pinta?¿Acaso voy mal?

      -Magalen, vas a desentonar muchísimo en el restaurante del Ritz un sábado por la noche con unos vaqueros y una blusa…Además, Salvatore ni se acercará a ti.

      - No necesito que se acerque, en cuanto le vea ya le echaré mano yo…

      -Pero se supone que tiene una mesa reservada y te llevarán a ella cuando preguntes por él y si te ve así…, le conozco, no querrá ni oírte…

      -Eso si que no. Oírme me va a oír.- Se miró de nuevo.- Supongo que puedo cambiarme y ponerme algo más elegante…

      -¿De lo que tienes tú? No. Mejor ponte algo mío. Alguno de mis vestidos…

      -Tus vestidos son carísimos. ¿Y si le pasa algo?

      -No importa, habrá merecido la pena.

     Ambas amigas se sonrieron. Magalen notaba que Mapi estaba más animada y eso le hacía sentirse aliviada y confiaba en que todo saliera bien. Se dejó aconsejar sobre el atuendo y el peinado que debía llevar, Mapi la maquilló y a las ocho y diez partió en su coche en dirección al Ritz.

      Mapi bailó sin música, entusiasmada por lo bien que les había salido todo. Ahora solo faltaba avisar a Paula para que llevara la carta que el encargado del restaurante le entregaría a Magalen.



      

Comentarios

  1. Ufffffffff esperando el siguiente capitulo.........

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  2. Nos dejas con la miel en los labios!!! Que actriz taaan grande es Mapi, y que corazón tiene Magalen.... Espero con ansia ver cómo va todo desarrollando todo..me encanta!!!

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    Respuestas
    1. Imagínatelo, tú tienes buen tino para pescarme en mis propósitos.

      Eliminar
  3. Enganchada de nuevo... 👏👏👏
    Lupita Campuzano

    ResponderEliminar

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