Una inocente conspiración

 


CAPITULO 1


      Para Magdalena Peña aquel sábado soleado y alegre de abril era uno más de los muchos que había a lo largo del año. Enchufó la cafetera y puso pan en el tostador; después comenzó a preparar la mesa para el desayuno esperando que el olor a tostadas y café recién hecho obraran el milagro de la resurrección y las tres estudiantes con las que compartía aquel piso de alquiler aparecieran despeinadas y lagañosas en la cocina dispuestas a comerse todo lo que se les pusiera por delante.

      En realidad no era ella a quien le correspondía preparar el desayuno aquel día, según la tabla de tareas que había adosada a la puerta de la nevera le correspondía el turno a Mapi, pero si ella esperase a que Mapi o cualquiera de las otras dos se levantaran para hacer el desayuno, tendría el estómago vacío hasta la hora de comer y no podía perder tiempo, aunque eso conllevara saltarse una vez más la disciplina y el orden que imponía toda convivencia..

      La primera en acudir al reclamo del café fue Julia, era la que tenía más desarrollado el sentido del olfato, entró con ojos somnolientos, despeinada y cubierta con una enorme camiseta de algodón que usaba como camisola de dormir. Fue directa hacia la cafetera y se llenó una taza de café negro.

      - ¿Por qué has hecho tú el desayuno? ¿no le toca a Mapi?

      - Sí, pero tengo que ir al laboratorio de la Universidad dentro de un rato y no puedo esperar a que se levante ni quiero irme en ayunas.-Dijo sentándose a la mesa- No deberías tomar el café solo, Julia. ¿Quieres un chorrito de leche?

      -Sabes que me gusta así. Llevo tres cursos viviendo contigo y aún insistes en que tome el café con leche. No, gracias, “mami”- Junto a aquel apelativo cariñoso, Julia dedicó a Magdalena su primera sonrisa del día.

      Julia era estudiante de tercero de psicología en la Universidad Complutense de Madrid. Se le daba mejor la teoría que la práctica y no destacaba por sus excelentes calificaciones, iba sacando la carrera de la que todavía le quedaba un año, pero en el fondo seguía siendo la chica provinciana que echaba de menos su pequeño pueblo natal y al novio, que se ligó cuando tenía quince años y con el que se iba a casar en cuanto terminase la carrera. Después montaría una consulta y tendría una vida tranquila junto a su marido.

      -¿Qué tal la película del cine? ¿Te gustó?

      -No te la recomiendo, no sé qué pasa con los críticos, pero cuanto más peñazo es una película, mejor la ponen.

      -Según he leído en el periódico, es una obra de arte.

      -Pues será de arte abstracto, porque yo no logré cogerle el hilo y mira que me esforcé... La que sí se lo debió pasar bien es Paula; menudo lote se pegó con Guillermo.

      -Es su novio.- Magdalena se encogió de hombros con actitud comprensiva.

      -Di más bien que es un amigo con derecho a roce.- La voz de Paula llegó nítida desde el pasillo y poco después la joven estudiante de segundo de periodismo entraba en la cocina llevando los pies descalzos.- ¿Ya estas cotorreando de mi, cotilla?

      Lejos de enfadarse ninguna de las dos, Paula y Julia se cruzaron una mirada de diversión.

      -Solo le estaba diciendo a Magalen que estábais dos filas por delante de mí y que os vi muy activos.

      -¡Cochina, envidia!- Exclamó Paula yendo a servirse el café con leche y cogiendo una tostada del plato.- ¿Qué hiciste tú, Magalen?

       Magdalena volvió a meter pan en el tostador y no contestó hasta estar de nuevo sentada ante su taza de café.

      -Estuve en el laboratorio.- Se interrumpió, molesta con las otras dos, que se miraban divertidas y movían los labios a la vez, haciendo el playback de lo que ella decía.-¿Para qué me preguntáis si ya sabéis la respuesta?

      -Porque nos gusta oír tu dulce voz. ¿Es que tu admirado profesor Guzmán no sabe que también tú, hasta tú, necesitas un descanso de vez en cuando?

      - El profesor Guzmán no tuvo nada que ver en eso. Estoy trabajando en un proyecto de ampliación de datos y debo tomarlos cada cierto tiempo, eso es todo; me servirá para la tesis doctoral.

      Julia hizo un mohín muy cómico al preguntar:

      -¿De verdad piensas doctorarte en bioquímica? ¿No te sirve con tener la licenciatura y un titulito para enseñársela a tus vecinas del pueblo?- Acabó bromeando.

      Magdalena le dedicó una sonrisa cínica y no se dignó a contestar a tamaña tontería.

      -No es que Magalen quiera doctorarse en realidad,- intervino Paula con un deje burlón en su voz,-lo que pasa es que como hace dos cursos se licenció y quiere seguir en nuestra adorable compañía, ha decidido ampliar sus conocimientos. Créeme, eso del doctorado no es más que una simple excusa para no separarse de nosotros y seguir ejerciendo de mami.

      -¿Que yo ejerzo de “mami”?- Magalen Frunció el ceño.- No me podéis acusar de eso solo porque soy la más veterana del grupo y la única cabeza sensata de cuantas hay en este piso...¡y te tengo dicho que te pongas las zapatillas, que no andes descalza! Además de que el suelo está muy frío y puedes coger un resfriado, es algo muy feo y…- Se interrumpió de nuevo ante las sonoras carcajadas de sus compañeras.

      -Pero ¿se puede saber a qué viene tanto escándalo? ¿Es que en esta casa no se puede dormir?

        Las tres jóvenes. Se volvieron para mirar a Mapi. Que en aquel momento entró en la cocina y se dejó caer en una silla como si estuviera agotada después de hacer el insufrible esfuerzo de llegar hasta allí desde su cama.

      -Aquí está la futura Sarah Bernhardt del teatro español.- La presentó Paula con grandes aspavientos

      - Déjate de bobadas…¿ Alguien me puede servir una tacita de café?

      - Que te lo sirva la que tiene el turno del desayuno.- Dijo Magalen

      -¿Quién?- Mapi miró a sus tres compañeras.

      -¡Tú!- Exclamaron las tres a la vez.

      Mapi hizo un mohín de fastidio y suspiró con aire histriónico.

      -Sois crueles conmigo. No entendéis que tenga un alma Bohemia…

      -¿Un alma bohemia en un cuerpo cubierto con un camisón de satén de Nina Ricci?. Julia la miró de arriba abajo sonriendo con ironía.

      - ¿Qué culpa tengo yo de que mi padre tenga dinero y me haya acostumbrado a gastarlo a manos llenas a lo largo de mi capitalista vida anterior?¡ Yo quiero ser actriz…!

      -¡Jo, que morro tiene la tía!- Rio Paula.

      -Se lo pisa.- Asintió Magalen, muy divertida.- ¿Qué pasa?¿ Anoche estuviste otra vez con ese pintor súper híper mega progresista y sus amigos antisistema?

     - No es un pintor. Es un creador.

     Paula miró a las otras dos.

      -¿Qué es lo que dice que es?

      - Un vago, pero en fino.- Aclaró Magalen.

      Al oírla, Mapi acabó con su vena histriónica y rompió a reír.

      -Sí, sí, un vago… Si le vieras trabajar en posición horizontal…

      Las otras tres la miraron interesadas ante aquella afirmación.

      - ¿Y qué tal maneja el pincel?- Preguntó Paula, picarona.

      -¿Que pincel? ¡Él usa brocha!- Exclamó divertida Mapi.

       La cocina se llenó con un coro de risas y gritos escandalizados.

      -¡Cuenta, cuenta…! No nos tengas en ascuas. ¿Cómo te convenció para que fueras a su casa?

      - Chicas, eso pertenece a la vida privada de Mapi.

      - No te preocupes, mami. No me importa hacerlo público y de paso, abrirte un poco los ojos ante lo que es la vida.

      Magalen sonrió y miró su reloj de pulsera.

      -Pues lo siento mucho pero tengo que irme al laboratorio, ya me los abrirás. Otro día. Terminó su café. De un solo trago y cogió una carpeta que había dejado sobre la encimera de la cocina. Mapi función el ceño.

      -¿Es que nunca te cansas? Hoy es sábado…

      -Lo es para vosotras que sois estudiantes normalitas. Yo trabajo en un equipo y además intento doctorarme. Y hablando de trabajos, ¿qué planes tenéis para hoy? Porque hay que hacer la compra…

      -La compra te toca a ti.- Señaló Paula.

      -Yo ya he hecho el desayuno, podríais cambiarme el turno; si somos justas, la compra te correspondería a ti, Mapi.

      -¡Uy… imposible! Tengo que ducharme y arreglarme el pelo ya sabes que tardo mucho.

      -Está bien, yo me encargo de la compra. ¿La comida?

      -Me toca a mí; pero hoy no como en casa porque he quedado con unos compañeros para hacer un trabajo en equipo, en la biblioteca.-Comentó, vivaz la futura periodista

      -Julia, tú...

      -Yo tampoco como aquí hoy.- La futura psicóloga no la dejó ni terminar de hablar.

      Magalen emitió un hondo suspiro. A Mapi ni le preguntaba, ¿para qué? Solo conseguiría que se inventara otra excusa y ya se había esforzado bastante con la de la ducha y el arreglo del pelo. Siempre igual, ninguna comía en casa los sábados y en cuanto ella comenzaba a preparar la comida, todas aparecían dispuestas a comer.

      - Está bien,- asintió volviendo a mirar el reloj,- volveré dentro de un rato, al menos tened preparada la lista de la compra y el dinero.

      - Cuenta con ello. No creas que vamos a dejar que tú lo hagas todo.- Mapi tuvo el valor de soltar aquello con toda su cara- Oye, -la detuvo,- ¿por qué no te cambias de ropa y te quitas el uniforme de vaqueros y blusa de algodón? Podrías ponerte ropa más bonita…

      -¿Para qué? En cuanto llegue al laboratorio me pongo la bata blanca, la mascarilla y el gorro y nadie sabe si voy bien o mal vestida. Además, esto es muy cómodo.

      - Pareces una adolescente.

      -¿Y que soy?-Bromeó saliendo,- Sí, solo tengo 26 añitos…¡Hasta luego, niñas!

       Mapi y Paula cruzaron una mirada de resignación.

      -Así no llegará a nada.- Dijo Paula.

      Mapi se encogió de hombros dando por zanjada la cuestión de Magdalena.

      Julia miró ambas y se inclinó hacia adelante en la Mesa.

      -Bueno, cuéntanos lo del pintor. ¿Te pusiste muy dura con él?

      -Al contrario, era él quien se hacía el duro conmigo.

      -Mujer, eso siempre es necesario ¿no?- se burló Paula

      - Me refiero a antes.- Matizó Mapi.- ¿Queréis saber lo que pasó o no? Porque si os vais a estar cachondeando lo dejamos.

      Aquella amenaza logró que las otras se callaran.

      -Ya sabéis que llevaba más de un mes detrás de él y que él…nada.- Las otras asintieron en silencio y ella continuó satisfecha.- Pues anoche me dije: “¡Esta es la noche, a por todas!” Estuvimos cenando, fuimos a ver un espectáculo, o lo que quiera que fuera aquello, decían que era teatro independiente, pero yo jamás he visto algo parecido. En fin, él estaba en plan místico, ya sabéis, y yo me dije que le tenía que quitar el misticismo a como diera lugar. Así que en mitad de la representación o lo que fuera aquello sale una tía en cueros vivos, por cierto, que la conozco porque va a la misma escuela de arte dramático que yo y la verdad es que después de verla actuar creo que como no mejore no tiene futuro.

      - Deja eso y ve al grano. Salió en cueros ¿y qué pasó?

      - Podéis imaginarlo: ¡Oh…!¡Ah…! Arte puro y duro.- Hizo una mueca de incomprensión.- Alguien comentó que la actriz en cuestión tenía mucho valor al afrontar de esta manera un personaje. Yo admití que la chica tenía valor, pero no para afrontar el personaje ni nada de eso, sino por salir desnuda y mostrar en público un culo tan gordo y tan caído. -Se interrumpió, dejando que las otras rieran a carcajadas su comentario.- ¿Os dais cuenta? Vosotras os reís de una broma, pero ellos no. No le vieron la gracia, seguían con lo mismo que si el arte, que si la psicología del personaje… A ti te hubiera interesado, Julia, te aseguro que si le encuentras la psicología a esa memez te dan el premio fin de carrera aunque no hayas terminado la carrera. Entonces yo pregunté qué mérito tenía quitarse las bragas en un escenario. Me miraron como si fuera un monstruo por mi crudeza, al definir ese acto de comunión etérea de la actriz con el personaje. Él parecía ofendido por mí… ¿cómo decirlo?...

      - ¿Ordinariez?

      - Mejor digamos mi… mi…¡Ah, vale! Mi ordinariez.- Aceptó al fin tras buscar sin éxito una palabra menos contundente.- Entonces me preguntó si yo haría lo mismo que ella. Y yo le contesté: ¡Imposible! Yo no puedo quitarme las bragas en un escenario porque nunca llevo bragas. ¡Se acabó el misticismo y la comunión de las almas! ¡Se puso como una moto!

      - ¿Solo porque le dijiste eso?- Comentó Paula riendo con ellas.

       Mapi la miró como si viniera de Marte.

      -¿Qué mas quieres? En un hombre la imaginación lo es todo. ¡Todo! Para un tío es diferente hablar con una mujer, a secas, que hablar con una mujer a sabiendas de que no lleva bragas. Parece igual, pero créeme es muy distinto. ¿Verdad psicóloga?

      - Bueno, generalizando mucho…diremos que si.- Admitió.- Pero no te vayas por los cerros de Úbeda.

      -¡Qué impaciente!

      - Pues te aseguro que no me influye para nada saber si llevas o no ropa interior.

      - A ti no, pero a él sí le influyó. Pasó de rollos y empezó con la conquista del fuerte; a su manera, claro, quería llevarme a su casa y pintar mi virginal belleza.

      - Que será lo único que tienes Virgen…

      - Muy graciosa Paula, tú sigue así.

      - Venga Mapi, no te enfades…

      - Está bien. Como digo, escatimó poco los halagos y me dijo de todo; que si era como una Venus Virgen, que la profundidad de mis ojos… que si me iba a subir al Olimpo y el Olimpo resultó ser su estudio.- Rio traviesa.- Insistió en pintarme, naturalmente, un desnudo que reflejará todas mis pasiones. Yo le dejaba hacer, cogió un lienzo, hizo cuatro rayones en color rojo, dos círculos azules con un punto negro y ¡Voila! Acabó. Lo demás os lo podéis imaginar. Que si ¡qué bonito!...¡Qué profundo te ha salido…! ¡Es mi vivo retrato! Cuatro chorradas más y

      -…Y soltó el pincel y os enredasteis con la brocha.- Acabó Paula riendo mientras se incorporaba y comenzaba a retirar los cacharros sucios del desayuno.- Dime, Venus, ¿vas a volver al Olimpo?

      - Quizá…- Se encogió de hombros. De pronto recordó algo, y exclamó divertida.-¿ Queréis ver mi retrato? Me lo ha dado.

       Las otras asintieron con entusiasmo, por lo que Mapi salió de la cocina volviendo poco después con un lienzo garabateado.

      - ¿Qué os parece?- Preguntó mostrándolo y conteniendo la risa.

      - ¿Eso eres tú?- Chilló Paula carcajeándose.

      - Patético, ¿verdad?- Rio la retratada.

      - ¿Qué son los círculos con el punto?

      - ¿Es que no se ve, Julia? Son mis blancos y suaves pechos.

      - Pero si son azules…

      - Porque el azul es el color de mis ojos y el que le va a mi virginal inocencia. Adivina qué significa esta raya roja de aquí.

      -Prefiero no dar alas a mi imaginación. ¿Admites un Consejo? Tíralo.

      - ¡Ni hablar! Pienso enmarcarlo lo antes posible, quizá hoy mismo, y ponerlo encima de mi cama.

      - Cómo se nota que te sobra el dinero y no sabes en qué gastarlo.-Paula la regañó.- Ponerle un marco a ese horror.

      - Es un horror, pero también es un símbolo.

      - ¿De qué? ¿De la psicopatía del autor?- Intervino Julia sin ocultar su diversión.

      -De lo que es capaz de hacer y decir un tío por un buen revolcón. Venga, no me, no me digáis que no es divertido.

      Paula y Julia acabaron por reír. Para Mapi todo era divertido, en especial si se trataba de una conquista.

      Después de recoger la cocina y arreglar sus respectivas habitaciones, las tres se dedicaron a hacer la lista de la compra.

      -Apunta el champú que usa Magdalena. He gastado el que le quedaba, se me ha acabado el mío y…

      - ¡Menuda cara tienes, tía, Mapi!

      - ¡Mira quién fue a hablar! Siempre que puedes te escaqueas de los turnos y se los cargas a ella.

      -Venga, haya paz, chicas, no vamos a discutir cuál de las dos es más aprovechada.

      Paula y Mapi volvieron su mirada hacia Julia

      -¿Y eso lo dices tú?- Gruñó Mapi.- ¿Y luego decís que soy yo la que tiene morro?...¡ Desde luego, si no fuera por Magalen esta casa se iría a pique con vosotras dos, que sois un desastre!

      -¿Y tú qué?- Espetó Julia- Si tu…

      - ¡Silencio!- Exigió Paula al oír abrir y cerrarse la puerta del piso.- Ya está aquí.

      La llegada de Magdalena acabó con la discusión. Guardaron silencio esperando a que ella entrara en la cocina, pero eso no ocurrió.

      -¿Eres tú, Magalen?- Preguntó Julia en voz alta, aunque era una pregunta absurda, ya que no podía ser nadie más.

      Desde el pasillo les llegó la voz quebrada de su compañera.

      -Si, soy yo…- Nada más

      - Las tres amigas fruncieron el ceño al cruzar una mirada de extrañeza.

      - ¿Está llorando?- Preguntó Paula a las otras dos

      -Yo creo que sí.- Asintió Mapi saliendo de la cocina seguida por las otras dos y apresurándose a ir al cuarto de Magdalena, encontrando que efectivamente estaba llorando como una ídem.

      -¿Qué te pasa?- Se alarmaron al rodearla hasta el punto de atosigarla

      Magalen sacó un Kleenex y se secó las lágrimas antes de sonarse la nariz con fuerza.

      -Nada, que soy una tonta…

      -¿Una tonta? ¿Por qué?- Inquirió Mapi con cierta agresividad.- Dinos qué te ha pasado.

      -Nada. Es que estoy algo nerviosa y me ha dado por llorar, pero es una tontería.

      -¿Qué?

      Magalen miró a sus amigas y suspiró para calmarse. Se secó las lágrimas otra vez y se volvió a sonar con otro Kleenex

      -Ya sabéis que he ido al laboratorio para dejarle al Profesor Guzmán unos datos referentes al trabajo que estamos haciendo.- Las otras tres asintieron expectantes.- Cuando he llegado, él ya estaba allí y también estaba esa amiga suya… ya os he hablado de ella.

      - ¿La modelo?¿Natalia Ríos?

       -Si, estaba allí; salen juntos, aunque no sé si son novios o qué, el caso es que últimamente viene bastante al laboratorio para verle, ya casi es una visitante asidua. Estaban hablando de ir a cenar esta noche o no sé que… Yo he llegado y le he dado a él los datos que llevaba. Hemos cruzado unas palabras acerca del trabajo y me ha pedido otros datos más puntuales que yo me he dejado aquí. Le he dicho que volvería a casa a buscarlos y que se los llevaba esta misma mañana. Él ha dicho que no me moleste, que ya sabe donde vivo y que vendría a buscarlos, que ya tengo suficiente con ir todas las noches al laboratorio a recoger los datos… Bueno, todo eso… Yo he insistido en llevárselos y cuando salgo de la sala de bioquímica, me doy cuenta de que llevo la bata y el gorro puestos, vuelvo para dejarlos en su sitio y les oigo hablar de mí. No es que estuvieran discutiendo, pero ella le reprochaba que me había mirado mucho y qué para qué quería venir a mi casa, que como sabe dónde vivo y que si tiene algún lío conmigo; él lo negaba todo, claro está, le decía que sabe mi dirección porque está en los archivos de su secretaria y que por supuesto no tiene ningún lío conmigo…- volvió a quebrársele la voz,- y que yo solo soy un instrumento más de trabajo. ¡Un instrumento!

      - ¡Imbécil!- Exclamó Mapi apretando los dientes con rabia.

      -Ella, entonces, ha empezado a reírse, y ha dicho que todo era una broma, porque ella ya sabe que él tiene demasiado buen gusto como para fijarse en mí, que soy la pava lacia y una sosa.

      -¡La muy zorra!... ¿Que ha dicho él?

      -Nada, porque en esos momentos he tosido para advertirles de mi llegada y he entrado; he disimulado y me he quitado la bata y el gorro, al salir no sé, me he puesto a llorar como una idiota…¡pero ya está!- Se sonó por última por última vez y tiró los clínex a la papelera. Ya me he calmado. En realidad no sé por qué me ha afectado tanto.

      -En eso tienes razón,- dijo Paula tan enfadada como si la ofensa se la hubieran hecho a ella misma.- Tú eres una mujer muy inteligente y no debes hacer caso de lo que digan esos estúpidos.

      -No es eso. Nunca me ha importado lo que los demás piensen de mí. Lorenzo y Matías, los otros ayudantes del laboratorio. Siempre están metiéndose conmigo y diciendo Idioteces, pero no les hago caso. No sé, porque hoy me ha cogido la vena sensible y me ha dado por llorar, pero ya se ha pasado y no volverá a pasar.- Suspiró y volvió a ser la misma de siempre. -Pero no creas que esto se va a quedar así. A partir de ahora, este instrumento de trabajo va a cambiar. Me voy a tomar revancha y se va a enterar.

       Las otras sonrieron vengativas.

      -¿Qué vas a hacer?

      Magalen, sonrío con perversidad

      -No voy a llevarle los datos que necesita, si quiere cotejarlos con los que tiene ya, va a tener que venir a buscarlos. Desde ahora ya no soy la recadista.

      -Y qué más?- Inquirió Mapi interesada.

      Magalen miró desconcertada a su amiga.

      -Y nada más. ¿Qué más voy a hacer? ¿Te olvidas que mi trabajo con él, no solo me aporta un sueldo, sino que además es una oportunidad de oro para mi tesis doctoral? Si me despido, lo pierdo todo.

      Las tres amigas se mostraron decepcionadas.

      -¿Y esa es toda la revancha? Caramba Magalen, después de tal cruel venganza ese hombre se va a quedar destrozado, ¿Eh? Qué forma de amargarle la vida. -Ironizo Mapi, mal humorada.

      -¿Qué quieres que haga?

      -¡Que le hagas morder el polvo! ¡Que los dientes le rechinen! ¡Que…!

      -No digas tonterías.- Se incorporó y salió del cuarto.- Todo esto porque haya dicho que para él soy un instrumento de trabajo. Prácticamente lo soy, pero me conviene. Es un gran bioquímico. Su nombre en mi currículum hará que se me abran de par en par las puertas de cualquier laboratorio. Eso, si no me quedo en su equipo de investigación, lo que puede ser probable.

      - ¿Qué pasa con tu orgullo?

      -Olvídate del orgullo que pasa con…- Paula se interrumpió sin saber cómo seguir, se humedeció los labios y cambió la forma de la cuestión que quería abordar.- Magdalena, tú estás…

      Magalen se frenó en seco y se giró para mirar directamente a los ojos de Paula.

      -Yo estoy ¿que?- Sus ojos azules parecían retar a su compañera a que dijera una palabra más, si es que se atrevía.

      Paula no se atrevió.

      -Nada.- Respondió desanimada.

      Magalen sonrió triunfal y entró en la cocina.

      -¿Habéis hecho la lista de la compra? Pues dádmela para que vaya al supermercado.- Dijo animadamente.- Encima de mi mesa de trabajo, en mi cuarto, hay una carpeta azul; si el profesor Guzmán viene o manda a alguien a recoger los datos que necesita, le dais esa carpeta.

      -Y lo largamos con viento fresco.

      -Ni se os ocurra… Sed amables con él, por favor, es mi jefe.

      Las tres chicas cruzaron una mirada de fastidio. Apenas Magalen salió por la puerta, ellas dieron rienda suelta a su indignación.

      -¡Que seamos amables con él después de lo que le ha hecho! Me gustaría darle de bofetadas. Magalen un instrumento de trabajo… ¿Será gilipollas el tío?- Paula apretó los dientes rabiosa.

      - Después de que está liada todos los días y sin horario trabajando para él.- Añadió Mapi.

      -Bueno, tampoco ha sido para tanto, no?

      -¿Es que no la has visto llorar, Julia?

      -Si,- Julia se encogió de hombros,- pero ella ha admitido que le ha cogido la vena sensible. Vale, acepto que a nadie le gusta que la tomen por una cosa, pero de ahí a…

      Mapi miró a Laura alzando una ceja con ironía.

      -Esta chica no se entera de nada, desde luego podemos contar con que será una psicóloga eminente.

      -Oye, ya vale de meterse conmigo. No creo que sea tan importante lo que ha ocurrido para que ella haya perdido los nervios de esa manera, aunque entiendo que un mal día lo puede tener cualquiera, hasta Magalen.

      Paula se volvió hacia Julia

       -¿Tú no los perderías si el hombre del que estás enamorada hasta los huesos diera muestras de que no sabe que existes y le dijera a otra que no se fija en ti porque para él eres como un instrumento de laboratorio?

      Hubo un corto silencio que Julia utilizó para repasar el significado de aquellas palabras.

      -¿Quieres decir que Magalen está…?- Paula y Mapi Asintieron a la vez.- ¡Venga ya! No me lo creo.

      - Créetelo.- Aseguró Mapi.

      -Que no.

      -¿Pero es que estás tan ciega como para no haberte dado cuenta?

      -Estáis confundidas. Ella le admira mucho, él es su profesor, su ejemplo a imitar; él es…

      -El hombre del que está enamorada y, dicho sea de paso, con razón, porque está buenísimo.

       Julia seguía incrédula. Magalen no mostraba ningún signo de estar enamorada. Su vida transcurría como siempre, sin cambios desde que la conoció, tres años atrás.

      -Sí hija, sí. Está colada por él… y hace años, además.- Insistió Paula ante el silencio de la futura psicóloga.

      - Yo creo que desde el primer momento se hizo a la idea de que solo es su ayudante y se ha resignado a vivir una especie de amor platónico; pero sí, sí que le quiere.- Mapi se apenó por su amiga.- Es por eso que me da tanta rabia lo que le ha pasado. Es como si le hubiera quitado hasta su derecho a soñar.

      -¡Me gustaría destrozarle!- Afirmó Paula con los dientes apretados.

      Julia se mantenía pensativa. Analizaba todos los datos que tenía y lo cierto era que pensándolo bien, aquello podía ser cierto. Magalen nunca salía con ningún chico, aunque había tenido ocasión para ello, y no se mostraba interesada en nadie. De hecho, casi nunca salía a algo que no fuera a trabajar o estudiar. Además, hablaba con verdadera devoción del profesor Guzmán y los estudios que realizaban, sin embargo nunca hacía mención a su juventud y atractivo, pese a que todas las universitarias de la Complutense le conocían como Guzmán el buenísimo.

      -Quizá,- comentó inmersa en sus cavilaciones,- él se fije en ella, Magalen es su brazo derecho desde que trabaja con él; es una chica muy sensata, cariñosa, simpática y discreta. Tienen muchos puntos en común en lo referente a sus gustos y trabajo. Magalen, es muy buena.

      -No te pongas profesional, que todavía te falta un año para tener el título, aunque es verdad que podría ser, si lo mirásemos fríamente, pero el corazón es cálido, amiga mía, ¿o tu analizas los deseos que tienes cuando estás con tu amado Roberto?

      - Yo no, pero el profesor Guzmán es un científico y los científicos analizan…

      -¡Tonterías! Antes es un hombre, si no ¿por qué está saliendo con una modelo? ¡Porque está buena!... Magalen “es” muy buena,- continuaba Paula,- pero precisamente ese es su error. Es el tipo de chica discreta y sencilla en la que nadie se fija. Si fuera un zorrón y estuviera liada con un Conde italiano maduro, atractivo y rico, con un dúplex en la Piazza di Spagna en Roma y un castello palazzo en la Toscana todo sería diferente, pero como no lo es Magalen es un instrumento de trabajo más. Imbécil comparar a Magalen con una pipeta o un tubo de ensayo. ¡Yo es que le muerdo! ¡Ojalá que mande a alguien, porque si llaman al timbre y le veo a él, me lo como!

      -Pues yo sí quiero que venga, que venga él para que haga el viaje en balde, porque no pienso darle la carpeta.- Dijo Mapi desdeñosa.

      Julia miraba a una y otra con bastante calma, la ofuscación de sus compañeras le parecía excesiva. Ella también quería mucho a Magalen, pero de todas formas, consideraba que no debían tomarse a ser aquel asunto tan a la tremenda. No debían entrometerse en la vida de su amiga.

      -Oídme. Le estáis dando a todo esto una importancia que ni la propia afectada le ha dado. en primer lugar pensad en Magdalena y no en vuestros resentimientos.

      -¿De qué hablas?

      -De que Magalen es nuestra amiga y nos ha pedido que le demos la carpeta. De que es su trabajo y eso sí es mas importante para ella y su futuro. Que el profesor Guzmán la mire o no la mire, nos es indiferente. Yo creo que ella, con su personalidad, siendo como es, está muy por encima de todo eso.

      -¡Ah claro! Está por encima de todo eso y por eso no sufre. Por eso ha venido llorando.

      -Un momento de debilidad lo tiene cualquiera,- la excusó Julia, sintiendo el rechazo de las otras dos,- no ha podido contener sus emociones como suele hacerlo para ocultar su enamoramiento.

       -¿Eso es todo lo que has aprendido en tres años de carrera?- Estalló Mapi.- ¿Pues sabes lo que te digo?¡Iros a la mierda tú y tu psicología barata!

      -¿Sabes lo que te digo yo a ti? Que estoy hasta el gorro de que me tomes por tonta solo porque no tengo la mala costumbre de meterme en la vida de los demás como tú; ¿Que pasa? ¿Que Magalen está loca por Guzmán y no hace nada por conquistarle?- Gritó con grandes aspavientos.- ¿Que se conforma dejándolo todo como está? ¡Pues es asunto de ella! Quizás si se tratara de mí yo no lo haría así, pero no se trata de mí, sino de ella, y ella lo lleva así. En una cosa estoy de acuerdo con la Ríos, Magalen es una sosa en esas cuestiones, ¡pero es su vida; no la mía, ni la tuya, ni la tuya!- Las señaló furiosa.- El no la mira como a una mujer y nos fastidia, de acuerdo, no nos gusta porque es nuestra amiga y nos duele que sufra. Pero la que tiene que cambiar algo, si quiere cambiarlo, es ella. ¿Que vamos a hacer nosotras al respecto, Eh? ¿Qué podemos hacer? ¿Vamos a sentar al profesor Guzmán en la sala y le decimos, “por cierto profesor, Magalen no usa bragas” para ver si se pone como una moto y le mete mano? ¡Por favor! No seáis infantiles…

      Las otras dos se habían quedado anonadadas con aquel discurso. Miraban a Julia como si no la conocieran. De pronto, Paula apretó los labios intentando contener su risa. Mapi la miró con complicidad y acabó por reír a carcajadas, contagiando así a las demás que dieron rienda suelta a la tensión acumulada en los últimos minutos.

      -¡Cielos!¿Os imagináis A Guzmán corriendo detrás de Magdalena, intentando meterle mano?- Decía Paula sin contener sus carcajadas.- ¡Me encantaría verlo!

      -Yo me conformaría con que él dejara de verla como un instrumento de laboratorio y que se diera cuenta de que ella tiene una vida aparte de su trabajo.

      -Pero no la tiene, Mapi, admitámoslo. Es una mujer inteligente, trabajadora, generosa, muy guapa si se esforzara un poco en arreglarse, y para nosotras es casi una hermana, nos duele lo que le pase, pero no podemos, no debemos intervenir en su vida. Debemos ser frías en lo que se refiera a…- Julia se cayó al oír el timbre- Abriré yo, por si acaso es él, vosotras sois capaces de meter la pata dejándoos llevar por el resentimiento.


Comentarios

  1. Gracias Loli... enganchándome desde el primer capítulo. Muy bueno y divertido... 👏👏👏
    Lupita Campuzano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Lupita. Como siempre, a ver si está te gusta también.

      Eliminar
  2. Que buen comienzo!!!!! Ya me tardabas....

    ResponderEliminar
  3. Creo firmemente que hace reír a alguien es muchísimo más difícil que hacerle llorar....y tu brava y valiente como siempre lo logras como si para ti fuese lo más sencillo del mundo....me encanta este primer capítulo!!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EL DESTINO EN LA CARRETERA

EL DESTINO EN LA CARRETERA

EL DESTINO EN LA CARRETERA