YENIDEN ASK
CAPITULO 1
Inci salió al jardín llevando entre sus manos una bandeja con dos vasos de chai y un platillo con baklava de pistachos bañados con miel. Sonrió al ver que Esma estaba hojeando uno de los libros que ella había dejado antes sobre una silla.
-¿Te parece interesante?- Preguntó dejando su carga sobre el velador.
- En absoluto.Yo sería incapáz de estudiar todo esto.¿Aprendes algo?
- Claro; no tengo más remedio que aprenderlo si quiero aprobar el examen de acceso a la universidad para mayores de venticinco años.
Esma apartó los ojos del libro y los posó en el plato.
-¡Has hecho baklava!...Y de pistacho además, con lo que me gusta...
-Por eso lo he hecho, sabía que venías hoy a verme y he querido darte una sorpresa.
-Sevgili küçúk kizkardesim (Mi querida hermana pequeña) ellerine saglik (Salúd a tus manos)
-Afiyet olsun (Buen provecho)
Esma tomó un sorbo de su chai y sonrió al mirar a su hermana con toda la ternura con que suelen mirar las hermanas mayores a las más jóvenes.
-¿Te gusta eso de volver a ser una estudiante a tus treinta y ocho años?
-Me encanta.-Las pupilas verdes de Inci centellearon.-Me siento bién, como hace mucho tiempo que no me sentía.
Esma se alegraba de oir esto. La vida de su hermana no había sido un lecho de rosas y, aunque siempre se enfrentó a las dificultades con buén ánimo, éste sufrió un duro golpe ante la perspectiva de un futuro en soledad. Sesentía más tranquila al comprobar que Inci se había propuesto una meta más y había superado la incertidumbre y el temor que la embargaron cuando se dió cuenta de que sus pequeñas hijas se habían convertido en mujeres y querían salir del nido de su anne para vivir en su propio nido.l
-¿Qué sabes de las niñas?-Le preguntó haciendo hilo con sus pensamientos.
Inci dejó su vaso de té sobre la mesa y cogió un dulce dedicándose a mirarlo como si fuera lo mejor del mundo.
-Aysel está en París centrada en hacerse un nombre en el mundo de la moda. Le es imposible de todo punto, cito textualmente, venir a pasar sus vacaciones conmigo. Con su gemela no cuento, Fehra está de gira con el grupo musical al que representa y tienen que aprovechar las "galas de verano"(entiéndase esto como bodas y celebraciones varias por los pueblos y barrios ) Y en cuanto a mi pequeña Harika, ha terminado ya el crso y tiene vacaciones, pero se queda en Londres trabajando en una casa y cuidando ninos para ahorrar dinero para el curso siguiente. Me escribe todas las semanas, nunca se olvida de hacerlo, no quiere que le mande dinero. ¿Por qué tiene que estar tan lejos de mi? ¡Acaba de cumplir dieciocho años!
- Porque la Filología inglesa se estudia mejor en Inglaterra, creo yo. Además, ¿a qué se debe esa preferencia?Las otras son solo dieciséis meses mayores que Harika.
-Pero han visto más mundo, no sé...la pequeña es tan inocente, tan buena, temo que me la maleen por ahí.
-Ella sabe cuidarse sola. Acuérdate que tú te casaste con diecisiete años y a la edad de las gemelas ya eras viuda y con tres hijas.
-Pero yo soy yo, es muy distinto.
-¡Y tanto que si! ¡Insahlla tu hubieras estado como están ellas ahora! Con veinte años te viniste de Artvin a Estambul, con tres bebés.
-Si y ahora han crecido y...-Emitió un suspiro apenado,- bueno, lo que importa es que estén contentas. Van haciendo sus vidas como quieren.- Se comió el dulce.
Durante unos instantes ambas mujeres guardaron silencio, sumidas en sus propios pensamientos, en los recuerdos del pasado, disfrutando de la sombra del zaguán que las protegía del tórrido sol postmeridisno de julio. Inci tenía la mirada perdida no se sabía dónde.Esma miraba sin ver hacia la gran casa que abarcaba buena parte del extenso jardín vecino. De pronto algo llamó su atención y se puso alerta.
- Inci, hay alguien en la casa vacía.- Exclamó incorporándose. -He vistoque las cortinas de aquella ventana se han movido.
-La han alquilado.-Comentó la hermaa menor sin inmutarse.- Hace una semana que está habitada. Lo sé porque viene una mujer a limpiarla; es una señora muy agradable, el otro día estuve hablando un rato con ella ahí, junto al muro,- señaló el muro de piedra gris de algo más de un metro de altura que separaba los jardínes de ambas propiedades.- Me dijo que viene a limpiar aquí los lunes y los viernes, aunque no sabe si se quedará trabajando aquí mucho tiempo, porque al parecer el inquilino en cuestión no es una malva.
-¿Inquilino?¿Solo uno?- Se desanimó Esma.
-Eso es, inquilino, masculino y singular Debe tener muy mal carácter y peor humor...¡Ah, y además es cojo!
-No le falta de nada. Para que luego te quejes.
-¡Puf! Y me contó más cosas. Creo que es un borrachuzo de mucho cuidado... Yo no sé qué clase de vida lleva, pero desde que está aquí yo no le he visto el pelo. No sale ni entra nadie, pero estar, está, porque el panadero nos deja el pan a los dos y alguien retira la bolsa en la que se lo deja a él.
Esma se alarmó con todos aquellos comentarios. Ya de por si le daba miedo que Inci viviera en aquella casa tan apartada de la civilización. Al principio le había gustado saber que la casa casa vecinahabía sido alquilada, pensó que era bueno que su hermana sola, pero ahora que sabía que no se trataba de una familia, sus temores temores se vieron multiplicados. ¿Quién sabía qué clase de peligros acechaban a su hermana con un vecino así?Una mujer guapa, joven aún y viviendo sola en una casa que distaba un kilómetro y medio de la urbanización más cercana.
-Deberías vender esta casa.Se te ha quedado grande. Ya sé que en su momento fué barata por estar en el culo del mundo, pero ahora te pagarán mucho por ella y podrías comprar un piso en el centro, cerca de donde vivimos Umut y yo.
-¡Lafi olmaz!(Ni lo menciones). He pasado muchas fatiguitas a lo largo de los años para pagarla. Me gusta, esmi hogar y aquí me quedo. La compré para vivir aquí con mis hijas, aquí las he criado.
-Pero ahora tus hijas no están. Estás sola y a merced de cualquier desaprensivo que... ¿No quiero ni pensar en ello! El otro día apareció una mujer asesinada en su casa, al parecer por un robo...
-No estoy sola ni desprotegida,- sonrió Inci,- ¿te olvidas de Yeniçeri?(Jenízaro)
Las dos miraron hacia el enorme perro de raza indefinida y espeso pelaje color canela que dormitaba plácidamente tumbado a la sombra del muro.
-¿Eso?¿Eso te protege?- Sara se mostró incrédula.- Ese enorme peluche de feria que no se mueve nunca?
-¡Claro que se mueve! Verás...Yeniçeri, gel(Jenízaro, ven)- El perro levantó su enorme cabezota lentamente y miró a su ama un instante antes de dejala caer y cerrar los ojos dispuesto a seguir su siesta.-¡Yeniçeri!...¡Yeniçeri... Al senin(Toma)
Las orjas del animal reaccionaron al estímulo de las palabras y al ver que su dueña extendía su brazo ofreciéndole un dulce se levantó con pereza caminando cansadamente hacia el premio.
Esma se fingió horrorizada ante tal prodigio.
-¡Allah Allah...!¿Eso que le ha salido debajo del cuerpo son patas?¡Y anda y todo!... Me siento tan privilegiada por ser testigo de este prodigio...
- Vale ya.-Inci acarició la cabeza del animal y le tapó las orejas como si quisiera evitar que el perro oyera la opinión que acerca de él tenía Esma.-Por eso no te quiere; dudas de él y cada vez que vienes hieres sus sentimientos. Tú no le hagas caso, precioso mío, no lo dice en serio.
-Claro que no, precioso suyo, si hablara en serio le aconsejaría que hiciera albóndigas contigo, al menos servirías para algo. Si confías en que este saco de pelos te defienda de algo, estás apañada. Aquí entra un ladrón asesino y este bicho le lame la mano, si es que llega a levantarse...
Inci se sintió molesta con su abla.No le gustaba que hablase así de su perro solo porque el animal no tenía un carácter nervioso.Yeniçeri era muy tranquilo y cariñoso. Tenía alrededor de cinco años y cuando sus hijas lo llevaron a casa diciendo que estaba abandonado y que lo más probable era que lo matara un coche o que lo martirizaran los niños ella lo dejó estar. Y allí se quedó. Al principio pensaba que era de sus hijas, pero no, era suyo, o el perro se consideraba suyo, porque cuando decidía obedecer alguna órden era de Inci y de nadie más. Claro que eso ocurría en muy raras ocasiones.
Esma se marchó a las seis de la tarde. Había quedado citada en el centro con Umut, su esposo, para ir a hacer algunas compras. Inci se quedó sola, pero no le importó mucho. Empezaba a acostumbrarse a la soledad. Además, no tenía demasiado tiempo para pensar en ello. Tenía que poner la lavadora, planchar algunas prendas y hacer la cena; además, siempre lo hacía todo mientras charlaba con su perro.
Mmm... Interesante comienzo, te deseo suerte en esta nueva hostoria 🤗🤗🤗🤗
ResponderEliminarTengo q ir poniendome al día con tús escritos... Voy tarde, me enteré ayer y Isa me pasó el enlace. Te deseo suerte 🤗🤗
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