BAŞKASININ HATASI

 

CAPİTULO 4


      ¡Todo aquello era una locura!

      -¿Qué?¿Está embarazada?- Miran apenas podía creer que su cerebro hubiera procesado con bien aquella declaración de Kerem.

      El hermano mayor palideció a sabiendas de que había hablado de más. Quiso echar balones fuera, por si podía servir de algo, aunque lo dudaba.

      -¿ De qué estás hablando tú?¿Que es lo que te ha dicho esa loca?

      -Esa loca me ha dicho que habéis salido durante un año.- No quería mirarle, se notaría demasiado su cara de desprecio y fuera como fuera era su hermano.- No ha mencionado nada de embarazo ni...de que quiera nada de ti.

      - ¡Perfecto! Pues tranquilito. Se acabó.

      - ¿Se acabó? Acabas de decir que está esperando un hijo.

      - También acabo de decir que no es mío. Sólo oyes lo que te conviene.- Se mostraba más sereno ahora.- Me ofrecí a practicarle un aborto y no quiso.

      - ¡Eres cirujano plástico, no puedes practicar abortos!

      - No debo. Poder claro que puedo, soy médico y sé cómo hacerlo.¿ O acaso tú no sabrías?- Miran no contestó.- ¿Lo ves? Que tu alto sentido del honor no te lo permita no quiere decir que no sepas hacerlo.

      -¿ Lo has hecho más veces?

      - Ahora no se trata de eso... Se trata de Elif. Ni eso ya. Rompí con ella hace dos semanas, cuando  me dijo que estaba embarazada y que no quería abortar. No sé por qué llamó ayer ni por qué vino anoche. No puede decir que yo le prometí nada ni que tengo más responsabilidad en todo esto de la que tenga ella.

      Miran sentía que no conocía a aquel hombre que estaba frente a él.

      -¿Qué pasa con Zerha?¿Con papá y mamá? Les vas a engañar a todos.

     - No, si no se enteran. Porque tú no vas a decir nada.¡No me vas a hacer eso!

      Los nervios volvieron a hacer presa de Kerem.

      - Yo no voy a decir nada. Se lo vas a decir tú. - Aseguró.

      -¿Has perdido el juicio?

      - Si no lo haces tú, si lo haré yo. Tú sabrás lo que prefieres.

      Se alejó de él sintiéndose vacío. Acababa de sufrir una gran pérdida. Sabía que su hermano era un mujeriego empedernido, un vividor, pero nunca imaginó que fuera un irresponsable. No quitaba responsabilidad a Elif, sin embargo un año es mucho tiempo para creer que una relación es falsa.

      Subió a su habitación. Estaba toda patas arriba porque aún quedaban cosas que guardar para llevarse. Tenía dos semanas antes de irse definitivamente a Kalafat, en la península de Anatolia, un pueblo pequeño cercano a las ruinas de Troya. Se puso a revolver entre aquel lío, en realidad no sabía ni que estaba haciendo. Pensaba e Kerem, en que su facilidad para hacerse grato a los demás le había llevado en muchas ocasiones a ignorar muchos límites para satisfacer  su egoísmo. Pensaba en Elif, a la que realmente no conocía. ¿Y si su hermano tenía razón? A fin de cuentas él se estaba dejando llevar por su intuición. No la conocía a ella, pero si a Kerem y quizá por eso se inclinaba más a creerla. Y estaba embarazada. No había dicho nada, solo que la dejarán tranquila. Pero ¿cómo iba a ser eso? Por último pensaba en Zerha, que se iba a unir a un hombre que pretendía ocultarle algo tan importante como que había mantenido una relación con ella estando con otra mujer y que ésta iba a tener un hijo.

     Tiró sobre la cama varios libros que tenía en las manos y antes de darse cuenta ya estaba en el coche camino de Kuzguncuk. Tenía que hablar con Elif claramente de una vez por todas. Necesitaba saber la verdad.

     Quizá por la hora, era mediodía,le fue más fácil aparcar el coche esta vez, con lo que no perdió demasiado tiempo en ello. Llamó a un timbre cualquiera del portero. Cuando una voz femenina le contestó preguntó por Elif la maestra y no supo si fue suerte o qué, pero le dijeron que vivía en el primero izquierda. De haber llamado a la casa de la cucaracha, no se lo hubiera dicho y si hubiera sido Elif seguro que hubiera cortado, él dudaba que quisiera recibirle, aunque tendría que hacerlo.

      Ocurrió tal y como había supuesto. Al pulsar el timbre correspondiente contestó la ya reconocible voz de Elif.

      - Elif, soy Miran Karakaya, tengo que hablar contigo...

     Ni siquiera estaba seguro de que hubiera esperado a oír las últimas palabras antes de cortar la comunicación. El volvió a llamar y nadie contesto. Llamo con más insistencia. Lo mismo. Volvió a llamar y seguiría haciéndolo hasta que contestara y accediera a recibirle. No iba a rendirse. El no era de los que se rendían. 

      -¡Basta ya!¿Quieres irte de una vez? 

      La voz femenina no era ya suave cuando contestó, harta sin duda de oír el timbre.

      - Tenemos que hablar.

      - No quiero. Vuelve tu mansión en tu barrio de ricos y olvídate de mí. ¡Déjame en paz! No quiero saber nada de...

      - No me voy a ir.

      - Haz lo que quieras.- Y cortó otra vez.

      Siguió insistiendo. Puso el dedo el el timbre y no lo apartó, pero ella debía estar armada de paciencia porque no respondía. El aprovechó que salía un vecino para entrar y subir a primer piso, acortando la distancia para su estrategia y no le fue mal porque la espera no se alargó demasiado. Ella abrió una rendija en la puerta.

      - Por favor, vete.- Le pidió cansada.

      - No hasta que hablemos.- Insistió.

      - Es que no tengo nada que decir.

      - Tienes que decirme la verdad.

      - Pregúntale a tu hermano y déjame tranquila.

      - Mi hermano ya me ha contado su versión. Quiero la tuya.

      Ella intentó cerrar la puerta pero él interpuso su pie. Era un movimiento que ya esperaba. La oyó emitir un gemido de impotencia y al fin le dió paso franco.

      - Después te irás y no volverás- le dijo 

      - Me iré, pero no puedo prometer que no vuelva.

      Ella soltó un suspiro y le indicó que la siguiera.

      Era un piso muy normal, de trabajadores, probablemente sería de los mejores del barrio. El hecho de que  hubiera portero automático ya indicaba una cierta mejora en comparación con otros edificios. Le condujo hasta una sala con un tresillo de tela damasquinada y una mesa en el centro. En las paredes varias fotografías enmarcadas de una pareja y una niña en diferentes momentos y edades. Supuso que serían sus padres y ella misma. Agradeció la silenciosa invitación a sentarse.

      - ¿Que quieres saber?- Preguntó.

      - La verdad.

      Ella sonrió con tristeza. La luz de sus ojos apenas brillaba. Miran se preguntó desde cuándo no dormiría. Estaba vestida con un viejo pantalón de chándal y una camiseta gris de manga larga. El pelo recogido en la nuca de forma descuidada. Tenía una imagen muy de andar por casa.

      Elif suspiró. Se sentó frente a él.

      - He vivido aquí sola con mi madre desde que murió mi padre hace seis años,- comenzó,- yo estaba estudiando magisterio cuando mi madre también enfermó y hace año y medio que murió. Lo pasé muy mal porque ella era lo único que me importaba.- Elevó sus ojos hacia los cuadros de la pared, sonriendo levemente al ver las fotos.- Me aislé de todo. Una compañera casi me obligó a tomar un café con ella. Se empeñó en ir a  Nişantaşı, ¿para que fui?Estábamos en una cafetería cuando llegó tu hermano a saludarla. Se conocían por medio de otra amiga que tenían en común. 

      " Mi compañera me presentó a Kerem,- continuó con la mirada perdida en el pasado cercano,- el comentó algo y me hizo reír.Hacia tanto tiempo que no oía mi risa que hasta me sonó extraña. Él era muy divertido y en todo momento bromeaba y yo sonreía o reía. Todo hubiera acabado ahí de no ser porque al día siguiente estaba esperándome a la salida del colegio y al siguiente y al siguiente... Yo sabía quién era, que era de clase alta y que no llegaríamos a tener una relación estable, pero siguió, tan insistente como tú, y cedí, así que empezamos a salir. Era muy correcto, muy amable, era todo lo que necesitaba yo para salir de mi tristeza. Nos enamoramos...,o yo me enamoré, y me dijo que iba a hablar con tus padres, que tendrían que aceptarme y si no él buscaría un trabajo y nos casaríamos aunque fuera contra la voluntad de su familia. Yo no quería eso,pero él decía que lo haría así. Bueno, como ya sabrás tus padres no me quieren por razones evidentes de clase. Yo lo entiendo. El insistía en casarse. Pero de pronto todo cambió. Dijo  que tu padre le había amenazado con impedir le contrataran ni para repartidor. Yo le dije que no importaba, que nos arreglaríamos... Pero hace dos semanas... rompió conmigo."

      - Cuando le dijiste que estás embarazada.

      Ella agudizó su mirada, como si no esperara que el supiera eso.

     - ¿Te lo ha dicho?

     - Si y también me ha dicho que no es suyo... - la vio hacer un gesto de dolor como si le hubiera clavado un punzón , sin embargo volvió el rostro para eludir su mirada - Y mis padres no saben nada de ti. Nunca te ha mencionado. Yo supe que existías anoche, cuando llamaste.

      No quiso extenderse más con todo lo que dijo Kerem sobre ella. No quería hacerle daño pese a saber que se lo estaba haciendo.

      - Óyeme, voy a hablar con él. Tiene que venir a verte y hacerse cargo de...

      - No, de verdad, Miran, te... agradezco tu buena voluntad, de verdad creo en ella, pero ya no hay más que hacer.

       -Ya veremos.- De pronto suavizó el tono.- ¿Cómo te encuentras? ¿Necesitas algo? - Ella negó.- Si te encuentras mal o necesitas algo, no dudes en llamarme.

      Sacó una tarjeta personal y se la entregó. Notó que ella la cogió por compromiso, como si no se atreviera a rechazarla por cortesía.

      - ¿También eres médico?- Preguntó tras echarle un vistazo rápido. 

      -Si.

      -¿Puedo hacerte una pregunta?- El asintió- ¿Puedo tomar algún tipo de analgésico? El dolor de cabeza me está matando y no me atrevo a tomar nada por si no es bueno...- dejó el resto en el aire, dándolo por sobreentendido.

      El sonrió afectuoso y le dijo que si, que podía tomarlo con comida y que también le iría bien acostarse a oscuras y ponerse un paño con vinagre de manzana en la frente, para refrescarse y relajarse.

      - De todas formas voy a volver...

      - No...

      - Quieras o no.- interrumpió su negativa mientras sacaba un bolígrafo y escribía algo en la tarjeta que le había dado.- Este es un tocólogo amigo mio, le llamaré para que te reciba mañana. No estás sola. No te preocupes.

      - Yo...

      - Kerem vendrá a hablar contigo. Te lo aseguro.

      Elif aceptó incrédula sus palabras.

     



      


      

     




     

      

        



     











Comentarios

  1. Sera... si es que el "bueno" no o es tanto.. y como siempre consigues que nos enganchemos desde el principio y nos "mata" esperar caitulos nuevos....

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  2. Pobre, otra engañada con palabras bonitas. Sigue escribiendo, y no tardes

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  3. Pobre muchacha y que buen hombre es Miran... Me tienes intrigada, chica.... Ayer miré ya 3 veces haber si habías subido capítulo.... Jjjj me gustan tus historias. 🤗🤗🤗

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  4. Que intriga.. que hará Miran?? Se queda, la protege, le pondrá las cosas claras a su hermano.. se desenamorará de la prometida de su hermano....me gusta mucho Loli!!!!

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  5. Me mueroooooo porque embarazada de ese petardo y no de miran 😭😭🤷🏻‍♀️🤷🏻‍♀️🤷🏻‍♀️

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  6. No sé porque pero presiento que ese Kerem va a pasar de todo… pero si se da el caso y se presenta, yo soy Elif y lo mando….ya sabéis😜 Me gusta la personalidad de Miran❤️❤️ Y la historia mejora por momentos…. A por el quinto🥰

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