BAŞKASININ HATASI

 CAPÍTULO 1


      Era martes, día trece de marzo, y estaba lloviendo a mares. Miran veía caer la lluvia a través del gran ventanal del despacho de su padre. Fuera de allí se oía el ajetreo en el que se hallaba envuelta la vetusta mansión de los Karakaya en Estambul. Esa noche se celebraba el compromiso de Kerem Karakaya con la señorita Zerha Polat y todo debía estar a la altura que se esperaba dada la gran importancia de ambas familias en la sociedad estambulí.

      La puerta se abrió dando paso a Yusuf, el patriarca de la familia Karakaya, uno de los más importantes médicos de la ciudad, que junto con su socio Afşin Polat había creado una cadena de clínicas presentes en las cinco ciudades más importantes de Turquía.

      Miran se giró hacia su padre. Vio que no tenía buena cara y se preparó para otro sermón, uno más de los muchos que había recibido a lo largo de los cuatro años que llevaba ejerciendo de médico bajo su mando. Podía decirse que él era la oveja negra de la familia,aunque en realidad sólo eran dos ovejas, la blanca era su hermano Kerem.

      - Ni siquiera te has cambiado aún.- Dijo como primer reproche sin haber llegado a sentarse en su sillón de cuero tras el pesado escritorio de roble de fina ebanistería.- Los invitados están a punto de llegar.

     - Aún hay tiempo. - Comentó sereno sentándose frente a su padre. - ¿para qué me has llamado?

     - ¿Para qué va a ser? ¿Tengo que repetir mi descontento por la decisión que has tomado? Nos dejas a nosotros para irte a ejercer de médico de familia a un pueblo perdido...

      Pues si, parecía que iba a repetir su descontento. El joven suspiró intentando que no se le notará.

      -Kalafat está a menos de doscientos kilómetros de distancia. Dos horas en coche.

      -¡Me da lo mismo, como si estuviera a la vuelta de la esquina!- Golpeó la mesa y se puso en pie.- Un hijo mío, un Karakaya no puede ser un simple médico rural. Tienes un brillante futuro, tu hermano y yo te hemos abierto el camino, tú solo tienes que seguirlo.

     Lo malo era que no quería seguirlo. Decidió que se mantendría en silencio, como otras veces, dejándolo que se desahogara; a fin de cuentas lo mejor era no echar más leña al fuego. Yusuf habló del prestigio que el apellido tenía en el ámbito médico, de las buenas capacidades de Miran, de su calidad profesional que unida a la de su hermano los alzaría a la cumbre no solo turca, europea.

      El hijo le oía esperando que de un momento a otro ejemplarizara a su  hermano. 

      - No se trata solo de tí. Es la familia; fíjate en tu hermano. Kerem es un gran cirujano plástico y asumirá la dirección de las clínicas estéticas en breve. Hoy celebramos su compromiso con Zerha...

      - Está bien, papá, yo no soy mi hermano. No me gusta la cirugía plástica y no voy a casarme con la hija de tu socio. Yo tengo otras ambiciones...

      -¿Ambiciones? En Kalafat...- lanzó una carcajada falsa. - Haz lo que quieras, es tu vida y tu futuro lo que pones en juego, pero no me hables de ambiciones, tú no sabes lo que es eso.- Se recolocó la chaqueta de su esmoquin.- Y ve a cambiarte de ropa, no vayas a llegar tarde.

      Salió del mismo modo que había entrado, enérgico, seguro, como él era. Miran volvió a quedarse solo. Consultó su reloj. Aún quedaba tiempo de sobra para la dichosa celebración. Volvió a su puesto junto al ventanal. En el jardín se habían encendido ya las farolas del alumbrado nocturno. Seguía lloviendo, pero ahora el agua caía más tranquila, resbalando serena por los cristales.

      Sonó el teléfono y no contesto, ya  cogerían cualquier otro terminal de la casa. Sin embargo nadie debió hacerlo, todos estarían muy ocupados corriendo de allá para acá con los preparativos de la fiesta. 

     -¿Allo?- se decidió al fin a tomar la llamada.

      - İyi akşamlar efendim. ¿Podría comunicarme con Kerem bay?

      Era una voz femenina, suave y algo temblorosa la que le saludó respetuosa antes de pedir hablar con su hermano.

      - Lo siento mucho, Kerem no está en estos momentos, pero, si quiere que le de algún recado de su parte...O puede volver a llamar más tarde.

      Hubo un corto silencio de duda en el otro lado.

      - Llamaré luego.

      - Si, en unos veinte minutos seguro que estará aquí. ¿Quién le digo que ha llamado?

      - Elif... Teşekkürler. Güle güle...

      - Güle güle...

      Colgó el auricular. Una voz muy hermosa la de la mujer. Se preguntó qué querría la tal Elif de su hermano, aunque casi podía imaginarlo. Kerem era de ese tipo de personas que le caía bien a toda la gente, era simpático, alegre y tenía una personalidad arrolladora a la que muy pocos podían resistirse. Ni siquiera él. Además era inteligente, un buen cirujano plástico y no se reprimía gastando el dinero en  cualquier cosa que mejorara su imagen, fuera del tipo que fuera, coches, trajes o donaciones a instituciones benéficas de las que ni siquiera sabía a qué obras se dedicaban, pero sí que le desgravaba en los impuestos y le hacían quedar bien. 

      -¡Ah... Abicim! Estás aquí.

      Como si el hecho de pensar en él le hubiera llamado, Kerem entro por la puerta del despacho. Vestido con un elegante esmoquin de Italo Zucchelli e impecablemente afeitado, peinado y perfumado.

      - Todavía no te has vestido. No pensarás llegar tarde al compromiso de tu hermano, ¿verdad? ¿Qué haces aquí apartado de todo? Yo ya he empezado con las copas... Vamos, sube a cambiarte, tu eterno Armani te espera... Y te espera porque te lo regalé yo, tendré que regalarte otro para que cambies...

      Era apabullante. Miran sonreía oyéndolo. De pronto recordó la llamada.

      - Hace un momento ha llamado una mujer preguntando por ti...

      -Ay, ahí, cuántas van a llorar a partir de esta noche sabiendo que quedaré fuera de su alcance. ¿Quién era?

      - Elif. Volverá a llamar.

      ¿Era su imaginación o Kerem  palideció de repente? No, era real porque se puso serio y su buen ánimo cambió.

      - ¡Kahretsin! No me va a dejar en paz.

      -¿Quién es? ¿Qué pasa?

      Kerem volvió a soltar otra maldición.

      - No es nadie, una trepa a la que conocí hace un par de semanas y que se ha hecho ilusiones. Conste que yo no le he prometido nada. Estaba con una amiga y me la presentó... Ya sabes, se terció tomar unas copas...y luego algo más. 

      Miran no podía comprender por qué su hermano había hecho algo así.

      - ¡Yo tampoco! En aquel momento... no pude reprimirme. Si la vieras... ¡La condenada es preciosa!...y yo...¡ Ya me conoces!

      - Hace más de seis meses que sales con Zerha y hace dos semanas ya sabías que te ibas a comprometer con ella porque ya había sido la Pedida. ¿Y te lías con la primera que llega?¡Por muy bonita que sea, bok!

      - Lo sé, tienes toda la razón abi, pero no pensé que iba a ser así. Sólo fue esa noche, de verdad, pero  no me deja ...

      El timbre del teléfono volvió a sonar.

      - Tiene que ser ella.- dijo Miran.

      - No contestes... A ver si se cansa y lo deja.

      Kerem parecía muy alterado, su hermano nunca le había visto así.

      - Volverá a llamar o peor, puede que conteste algún criado o papá o mamá..

      - ¡Esta bien! Contesta y dile que no estoy... Que me he ido a ...¡İnvéntate algo! 

      Miran descolgó el teléfono de nuevo. Tenía razón al suponer que era ella. De nuevo la voz suave preguntaba por Kerem.

      - Lo siento mucho, todavía no ha vuelto.- Mintió.- ¿Quiere que le deje algún mensaje de su parte?

      - Si, por favor, dígale que ha llamado Elif y que es muy importante que nos veamos lo antes posible.

      - No se preocupe. Yo se lo digo en cuanto llegue...

      De nuevo las expresiones de agradecimiento y las despedidas. Colgó y se quedó pensativo. 

      -¿ Qué?- Preguntó su hermano con ansiedad.

      - Que es Elif y que es muy importante que os veáis lo antes posible.   

      -Si, bueno, - desdeñó Kerem, - voy a estar disponible para cuando ella quiera. Anda, sube a vestirte y mientras yo prepararé unas copas y, abi, de esto no una palabra a nadie y menos a Zerha...

       Él asintió y salió del despacho seguido de su hermano. Subió a su habitación y por un momento paso por si mente la idea de lo que ocurriría si Zerha se enteraba de la traición de su prometido. No le perdonaría nunca. Ni una sola vez. Era una joven integra, de fuertes convicciones e ideas muy claras. La hija de Afşin Polat había sido educada en el más elitista internado de Inglaterra. Su educación era tan exquisita como su belleza. En ella se sumaban todas las virtudes que un hombre podía desear  para quien quería por esposa. Tenía mucha clase, elegancia natural y... Kerem le ganó la partida. Ella le prefirió a pesar de que él le había declarado su amor durante unas vacaciones antes de que ella volviera al internado. Así que¿que podía hacer?  Confesarle a su hermano y a su familia que estaba enamorado desde que era un  adolescente de la que iba a ser su cuñada? Por eso había buscado un trabajo que lo desligara de  ellos. Kalafat estaba lo suficientemente lejos para eso y lo suficientemente cerca para poder volver algún fin de semana a ver a sus padres.

      Tardó poco en bajar a los dos salones que, comunicados por las puertas correderas abiertas, se convertían en uno solo. Algunos invitados ya estaban allí. Se acercó a saludar y darles la bienvenida mientras pensaba que aquella iba a ser una noche muy larga para él.















Comentarios

  1. Pues es muy interesante Loli. Y encima con el regalazo de tener ya el segundo capítulo. Así que a leerlo que voy!!!🤩😍😘😘😘😘

    ResponderEliminar
  2. Interesante.... Hermanos uno enamorado de su cuñada y el otro que no la merece.. Interesante 🥰

    ResponderEliminar
  3. Loloi, empiezo hoy a leer… y me ha encantado, estoy súper intrigada😱no sé por dónde vas a llevar la historia,pero de momento me ha atrapado….guays y felicidades…voy por el segundo🥰

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

EL DESTINO EN LA CARRETERA

EL DESTINO EN LA CARRETERA

EL DESTINO EN LA CARRETERA