BAŞKASININ HASTASI

 

CAPİTULO 3


      Aparcó el coche en el garaje de la mansión, pero no salió. No podía dejar de pensar en Elif. Tenía un punto de orgullo, una dignidad que no cuadraba con la descripción que de ella le había hecho Kerem. En absoluto parecía una mujer de una sola noche dispuesta a armar un escándalo para conseguir sus propósitos. Por otro lado no tenía porqué dudar de su hermano, a fin de cuentas a ella no la conocía de nada... Y sin embargo en su mente albergaba una sospecha inquietante.

     Sonaron unos suaves golpes en la ventanilla de auto. Era Kerem. Por su pajarita desnudada y la americana desabrochada imaginó que ya había acabado la fiesta. Se reunió con él saliendo desganado del coche.

      -¿ Donde has estado?- preguntó - Baba está muy enfadado contigo por tu desaparición. Y no hablemos de Zerha,no creo que te dé las gracias cuando te vea.

      - He ido a llevar a esa chica a su casa.

      - No fastidies, tío. ¿No podía irse igual que ha venido? Ya te he dicho que es muy viva, mira como enseguida te ha liado para que le llevaras...

      - No ha sido así. Me he ofrecido yo.

      Se apoyaron ambos en el capó del coche. Miran se soltó también la pajarita y desabrochó dos botones de la camisa. A sus veintinueve años  estaba en plena forma pese a no ser un gran practicante de deporte. Le gustaba andar por el campo, eso sí, y podía recorrer decenas de kilómetros en coche para encontrar un paraje boscoso donde disfrutar de un agradable paseo sumido en el silencio, en la observación y en sus pensamientos. Era alto, tanto como su hermano, aunque algo más desgarbado, además cuidaba poco su atuendo, siempre prefería la comodidad a la elegancia, si bien su imagen era algo más que correcta. Tenía el pelo oscuro peinado hacia atrás, bien cortado por el mismo peluquero al que le llevaba su padre cuando era niño. La barba impecable,se la arreglaba él cada dos o tres días. Sus rasgos faciales eran marcados, como tallados a cincel por un escultor. 

      - ¿Que te ha dicho?- Preguntó Kerim mirando con supuesto interés los brillantes zapatos negros.

      -¿Sobre qué?

      - Sobre mi. 

      - Nada.

      El hermano mayor miró al menor  desconfiando de sus palabras.

      - Algo te habrá dicho...

      - Me ha dado las gracias por llevarla y ha dicho que...

      -¿Que...?

      - No importa.- Se encogió de hombros.

      - Pero ¿Te parece que se ha quedado tranquila o crees que volverá?

      -¿Cómo voy a saberlo? Tú la conoces mejor que yo. 

      - Ya te digo que no. Sólo estuve con ella un par de veces o tres... No más.

      - Antes dijiste que fue solo una noche,

      - Bueno... ya la has visto, es preciosa la condenada, así que...

      - Ni preciosa ni fea, debiste recordar que tienes novia y que no se merece que la engañes con ninguna otra.

     Para Miran era impensable que su hermano pudiera fijarse en otra, por muy bonita que fuera( y admitía que Elif lo era) teniendo el amor de Zerha. No se necesitaba a nadie más.

      - Un momento de debilidad lo tiene cualquiera, hermano.

      - Si, uno si, pero según tú han sido dos o tres... Quizá le has hecho creer que había algo más de lo que había en realidad y por eso se presentó aquí.

      - Que tontería. Se presentó porque buscaba sacar tajada. Lo leería en la prensa y... ¡En fin! No gastemos más tiempo hablando de Elif. Vamos a tomarnos una última copa antes de ir a la cama.

      Ni en la cama podía Miran dejar de pensar en aquel asunto. La actitud de su hermano le parecía sospechosa. En sus horas de vigilia repasaba lo sucedido aquella noche. Si la chica, como decía Kerem, había ido allí sabiendo lo del compromiso y pensando en "sacar tajada"¿por qué no lo había hecho? Era absurdo.¿A qué había ido Elif a la mansión?¿Por qué no lo hizo? Si Zerha se enterara de la aventura de su novio,no se lo perdonaría nunca. Pero ¿Y si Elif no era la única? Si había más Elifs en la vida de Kerem... Zerha no se merecía algo así. Es que él no podía entender que estando con una mujer como su prometida, su hermano pudiera mirar a otra...

      Kerem no se merecía a Zerha. 

      En aquella historia había dos versiones y él solo conocía una. Decidió que por la mañana volvería a Kuzguncuk para hablar con Elif y oír lo que ella tenía que contar al respecto.

      No fue fácil encontrar aparcamiento en un barrio con tan poco espacio. Dio tantas vueltas que cuando halló sitio donde dejar el coche, se había desorientado él y estuvo dando vueltas a pie hasta que reconoció el lugar donde la dejó la noche anterior. Como no sabía en qué piso vivía llamó a cualquier timbre del portero automático. Nadie contestó, pero en ese momento se abrió la puerta del portal y salió una mujer cubierta de negro de pies a cabeza con un çarşaf. 

      - Günaydın hanımefendi .- Saludó a la "cucaracha"- Estoy buscando a una joven que vive aquí, se llama Elif, tiene el pelo oscuro, los ojos azules, es...alta...

      -¿Elif  Yılmaz, la maestra?

      - Si...eso es.- Recordó que aquél era su apellido cuando la otra lo pronunció.- ¿Me puede decir en qué piso...?

      - ¿Para qué la busca?- No le dejó terminar.

      - Es...por un asunto de familia.-Mintió.

      Desde niño, Miran había oído a los demás referirse a las mujeres con çarşaf como cucarachas o como "el coco"y él adoptó aquella costumbre que no dejaba de ser irrespetuosa por más que considerara obsoletas aquel tipo de vestimentas de marcado origen religioso.

      - No me engañe, Elif no tiene familia. Esa chica está sola.

      Le contaba toda su vida, que era maestra, que no tenía familia...¡pero era incapaz de decirle a cual timbre llamar!

      - Se lo ruego, me urge hablar con ella.

      - Elif es una buena chica y no le conviene estar a solas en su casa con un hombre.- Le miró de arriba a abajo calculando no sabía si su edad, si su altura, si la calidad de su ropa o...o...

      - ¿Por qué no deja que lo decida ella? Mire, yo toco el timbre, ella contesta y...

     La vio a unos metros, acercándose por la calle hacia el portal. De nuevo parecía estar en otro mundo y caminar como una autómata. Vestía una falda negra de tablas y una blusa blanca sobre la que llevaba una sencilla chaqueta de punto.

      - Hola.- El la saludó en cuanto estuvo lo suficiente cerca  para oírle.

      - Elif, este hombre te está buscando.

      Ella miró de forma alterna a la cucaracha y a él. Dió las gracias a la vecina y esperó a que se fuera. 

      -¿Qué haces aquí? Creí que había quedado muy claro que no quiero saber nada de vosotros.

      A Miran le extrañaba aquella voz seca, no se parecía en nada a la que oyó a través del teléfono o en el hall de la mansión.

      - Necesito hablar contigo de Kerem.

      - El que mejor sabe hablar de Kerem es Kerem.- Sonrió irónica, una sonrisa falsa que acabó en un rictus de amargura.

      Sacó unas llaves del pequeño bolso que llevaba colgado en bandolera y se dispuso a abrir el portal.

      -¿Cuántas veces has salido con mi hermano?

      Le miró como si le fastidiar tanta insistencia.

      -¿Veces? No sé, muchas...durante un año...- Logró abrir la puerta y entró con facilidad ya que Miran se había quedado paralizado con la respuesta.

      Un año. ¡Un año!...

      - Se interpuso cuando ella estaba a punto de cerrar, impidiéndolo.

      - Por favor. Elif, él dice que te conoció hace dos semanas...

      Ella le miró fríamente. Que aquella afirmación le dolió: seguro. Que no quería seguir con el tema, también.

      - Óyeme, ya me da igual lo que diga o deje de decir, me dais lo mismo tú y él y tu familia. Arreglad vuestras cosas y dejadme a mi tranquila.

    Miran estaba cada vez más dolído, más desesperado con la mentira de su hermano. Si aquello era cierto, si había estado saliendo con Elif durante un año, significaba mucho más que una pequeña aventura.

      - Elif, si lo que dices es cierto, mi hermano está a punto de casarse con una mujer que no se merece que la engañen de esa manera...

      Fue como si el mundo se detuviera en aquel instante.

     - ¿Y yo si?- Tres palabras cortas: Una conjunción copulativa, un pronombre personal y  una afirmación. Cinco letras, solo cinco y contenían en su significado toda la amargura y desesperación que cabían en los grandes ojos azules de ella.

      - Por supuesto que tú tampoco, pero es que...

      - Déjame en paz. No quiero volver a saber de vosotros, te lo dije. Yo me olvidaré de todo. No me volveréis a ver. Solo quiero lo mismo por vuestra parte.

      Cerró el portal dejándolo plantado allí. Sintiéndose avergonzado. Ella tenía toda la razón. Kerem la había engañado y él, con toda su sensibilidad, le había demostrado la poca importancia que tenía, porque en realidad era ella a la que su hermano había engañado con Zerha. Era a Elif a quien Kerem había dejado por Zerha.

      ¡Imbécil! Tenía su justo castigo, porque no podía sentirse más miserable de lo que se sentía. Aún así, la prometida de su hermano también era inocente...

      Volvió a su casa, encontrando a Kerem dispuesto a subir a uno de sus deportivos para irse en él. 

      - Espera, tenemos que hablar.- Le dijo severo.

      Su hermano soltó un fastidio porque ya iba tarde y no podía retrasarse.

      - ¿Qué pasa ahora?

      - He vuelto a hablar con Elif...

      -¡ Joder tío, pero¿tú de qué vas?! ¿Es que no te vale ya?.- Exclamó furioso y a la vez inquieto.- Ella se ha ido ya, se ha dado por vencida. En su momento rompí con ella y cerré las cuentas.

      - Hay una cuenta que no está muy cerrada, ¿no crees? Hoy lo he sabido claramente, y creo que Zerha debe enterarse también y después decidir si eres un tío con el que vale la pena casarse, porque yo pensaba que eras un gran hombre y ahora sé que eres un...

      Kerem le cogió por el brazo e intentó llevarle hacia afuera. Miran se liberó con facilidad, aquello quizá le sirviera cuando era más pequeño. Ahora no.

      -¡Vale ya con todo esto, Miran! Déjalo todo como está... No remuevas nada. No soy el primero que se ve en una situación como ésta. ¡Ese niño no es mío!


      







      

      



      














Comentarios

  1. La madre que parió al cordero de dos cabezas.. jajajaj que buena eres Loli. No esperaba menos de tu..cada vez me engancha más la historia. 😍👏👏👏👏👏😘😘

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  2. Jipeta!!!! Impresionante!!!! Muy muy buena!!!!

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  3. Qué gran historia!!! Me tiene fascinada

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  4. Nooooooo☹️☹️☹️☹️😭😭😭por embarazada de ese y no de miran!!

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  5. Loooooooli, increíble eso no me lo esperaba😭😭 Ahora vamos a ver qué hace Miran con su estupendo hermano, la novia de éste y la tercera en discordia🤦‍♀️🤦‍♀️ Voy a por el cuarto🥰

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