BUSCANDO SU CAMINO

CAPITULO  19°


      Demir buscó la soledad de un mirador. Detuvo el coche y salió a contemplar la hermosa panorámica de un Estambul que despertaba con las primeras luces del amanecer. Las brumas del Bósforo cubrían la parte baja del puente que unía Asia con Europa haciéndolo parecer un gigante que flotaba en el éter.

      Aquella que terminaba había sido una de las noches más difíciles de su vida. La relación que había mantenido con Helga había finalizado. No pudo, no quiso retrasar ni un instante lo que había de llegar, por eso fue al hotel donde ella se alojaba en cuanto dejó a Sila a buen recaudo en casa. 

      Helga lo recibió malcubierta por un camisón de raso y chantillí con dos prolongadas aberturas que llegaban a las caderas, dejando sus largas piernas descubiertas ,y un profundo escote. Como siempre elegante, como siempre dejando poco trabajo a su imaginación.

      Se colgó de su cuello para besarle, pero él se retiró sutilmente.

      - Helga,- dijo yendo a sentarse en la silla junto al escritorio,- tenemos que hablar.

      Tres palabras. Cuánto se encerraba en solo tres palabras. Ella no quería dejarle hablar. Todavía podían hallar una solución.

     - Si, eso creo yo. Verás, he estado pensando que quizá he sido un poco egoísta últimamente. Sé que antes de que pasará lo de tu hermana me dijiste que te gustaría volver a Boston y dedicarte de nuevo a la investigación y te dije que no contarás conmigo porque la investigación no da beneficios...Lo cierto es que no tengo derecho a apartarte de lo que te gusta, así que en cuanto dejemos a los niños con su madre podríamos hablar con el Mass General. Se darán con un canto en los dientes por volver a tenerte.

      -Helga...

      - No digo que estés todo el tiempo allí, entiéndeme, pero podrías alternar la investigación con el trabajo clínico, las conferencias y los libros...

      - No.- Atajó sereno, seguro - No sigas.

      Pero siguió:

      - Y podríamos casarnos.Hariamos una pequeña ceremonia civil, discreta.

      - ¡Helga!- La acalló al fin.- Créeme, sería muy fácil para mí aceptar tu idea, pero no sería justo para ninguno de los dos. Yo no te merezco y tú no mereces seguir junto a un hombre que no...

      - Basta.- se estiró y enfrió su mirada azul.No le dejó acabar. Ningún hombre, ni siquiera aquel, la iba a despreciar.- Si no vas a estar de acuerdo con nada de lo que digo, no sé qué hacemos juntos. Lo mejor será que cada uno tomemos nuestro camino, por separado, y sigamos con nuestra vida.

      El asintió lentamente.

      - Lo comprendo,- dijo,-se que tus espectativas son muy diferentes a las mias y no puedo, no debo, postergar tus deseos a los míos.

      Ella le vio incorporarse y le miró de arriba a abajo, desdeñosa.

      - Entonces está todo dicho. En cuanto sea de día subiré al primer vuelo que me lleve a mi país.No intentes evitarlo.

      Demir la miró desolado.

      - Helga, lo siento...

      Ella se encogió de hombros y fue a cubrirse con una bata, de pronto se sentía ridículamente expuesta. 

      - Es mona.- Aceptó.- ¿De verdad que tiene novio?

      Demir asintió.

      - Eso dicen.

      Ella oculto una mueca. Por la forma en que la doctora había bailado con él, ella hubiera jurado que los sentimientos eran mutuos. Estaría equivocada, como también lo estuvo cuando decidió quemar aquel último cartucho en su deseo de mantenerlo a su lado pese a todo.

      - Es hora de que te vayas. Te deseo mucha suerte.

      - Espero que encuentres una persona que te haga plenamente feliz.

      La alemana no le miró. Sonrió con amargura y cuando oyó cerrarse la puerta sus ojos se cuajaron de lágrimas. No sabía si de pena o de frustración porque había perdido; ella, que no estaba acostumbrada a perder.

      Demir llegó a casa bien entrado el día. Los niños aún no se habían levantado de la cama, y  Begum, que había pasado la noche con ellos, le estaba esperando con café recién hecho. Lo agradeció y mientras lo tomaba llamó a un servicio de taxis para que llevaran a la viuda a su casa. Hubo de hacerlo con el teléfono fijo, que era el único del que podía disponer hasta el día siguiente. Subió a su cuarto después de acompañar a Begum hasta la puerta y se duchó antes de ir a la cama un rato, hasta que los niños se levantarán.

      No podía dormir. Pensaba en lo que haría cuando terminara su estancia allí. Podía quedarse en el Hospital Universitario de Ankara, de esa forma estaría cerca de su familia; sin embargo le tentaba la idea volver al Massachusetts General, el hospital Universitario de la escuela de medicina de Harvard. Por supuesto lo que intentaba lograr con aquellos planes era evitar pensar en ella. En Sühayla. No sabía cómo había pasado, pero estaba enamorado de una mujer cuya cualidad más llamativa era lograr sacarle de quicio... Y sacarle de su mundo apático y cuadriculado después de volverlo del revés. 

      Evocó el momento en que la vio llegar al baile con el doctor Çansu, vestida de rojo fuego y con su pelo suelto. Hermosa, destacando entre todos como la luna llena en un  límpido cielo nocturno; sus hombros desnudos, su piel satinada... Imposible apartar sus ojos de ella, donde quiera que estuviera la seguían atados al vuelo airoso de su falda. Después, mientras bailaban, fue como si hicieran el amor, como si la hubiera tomado de la mano llevándosela a un mundo aparte, paralelo, en el que la rodeó con sus brazos ciñéndola a su cuerpo, hipersensible a cualquier roce que viniera de ella. Había hundido sus dedos peinando su cabello y sentido el tacto sedoso de la piel  de sus hombros al iniciar un sendero ascendente por el que pasearon desde nacarino cuello hasta sus mejillas, teñidas del cálido color rosado que la timidez dejaba ellas, con la mirada indecisa en sus ojos, pidiendo el consentimiento que ella otorgó dejando caer sus párpados en señal de rendición.                                                              

       -Te quiero.- Le dijo con voz ronca .            

       Dos sencillas palabras contra sus labios jugosos, que se perdieron dentro de su boca cuando fue sellada por la de él. Ella rodeó el cuello masculino con el dogal de sus brazos estrechándose más la unión de su cuerpo, intensificando la caricia, pidiéndole más, urgiéndole a más; pero él no tenia prisa. La quería toda y la quería ya, sin embargo su sed de tenerla era menos intensa que su hambre de saborear aquel deseado cuerpo.                        Su boca abandonó la de ella un solo instante para recorrer su mentón hasta la base de su cuello. El aroma a jazmines le caló hasta los huesos y de nuevo tuvo la necesidad casi vital de volver a sus labios mientras sus manos se movían febriles por encima del vestido sintiendo en ellas la forma de sus pechos, la brevedad de su cintura y las curvas de sus caderas, hasta abarcar las nalgas y empujarlas contra sí mismo haciéndole notar su excitación, que se hizo más patente cuando un ronco gemido de él y otro de ella escaparon de sus gargantas y se enredaron en sus bocas.                                     

      Ella le había dejado hacer hasta el momento, respondiendo de una forma encantadora a cada caricia, sin embargo ahora, sobreponiéndose a su azoro, se atrevió a dar rienda suelta a su deseo y desabrochó los botones de su camisa. Uno a uno, rozando con sus dedos la piel que iba quedando descubierta. El se tensó sorprendido tanto por el gesto en si como por el hecho de la iniciativa de ella. La apartó con un movimiento firme     

      -Espera un momento.- Dijo dándose tiempo mientras respiraba intentando mantener el control.                                            

      La oyó reír bajito.                                            

      -¿Necesitas retroceder dos casillas?            

      La miró sonriendo abiertamente, divertido.                                                                

      - Bruja, me has tomado desprevenido        

      Ella alargo sus manos  y paseó las yemas de los dedos por el pecho de él, dejándolas juguetear, regodeándose en ello.                                                                           

      - Tienes que aprender más de los sueños.- Musitó.- A mí me han enseñado mucho.

      -¿Si?- Sonreía.-¿Y con qué sueñas?               

      Ella alzó los ojos clavando su negra mirada en él.                                                       

      -Sueño contigo.                                                

      El fuerte quedó sin defensas. Volvió a abrazarla y a besarla. Con febril habilidad bajó la cremallera del vestido y este cayó desmadejado a sus pies. La miró con lenta satisfacción y notó que su respiración se agitaba y su abdomen se contraía, excitada por aquella mirada de la que no se retrajo. Al contrario. Se pegó a él y le ayudó a deshacerse de las molestas prendas que aún los separaban        

      - Eres preciosa.- susurró en su oído.          

      Dos cuerpos piel con piel, cuatro manos descubriendo secretos ajenos y convirtiéndolos en propios, jadeos compartidos y por fin una invasión tan consentida como deseada que finalizó en una rendición total a los sentidos.                    

      Quedaron laxos uno al lado del otro y aún quedaban suaves caricias que agotar, tiernas miradas y dulces sonrisas en la reserva.                                                         

      - Estoy seguro,-dijo dibujando un corazón invisible en un punto exacto del pecho de ella.-  de que podría pasar el resto de mi vida así.                                                            

      Ella emitió un gruñido infantil y, ante su asombro, le metió el dedo en la nariz. 

      Despertó sobresaltado. A su lado Melek chupaba con fruición su chupete y volvía a acercar su dedito índice con aviesas intenciones. 

      - Melek, tú sí que sabes cómo no hay que despertar a alguien. - Y alzando la voz:-¡Sila!...¡Demir!

      Poco después entraba Sila y cogía en brazos a su hermana pequeña.

      - Melek, deja dormir al tío...- Se la llevaba.- Voy a cambiarla, creo que está mojada.

       Demir exhaló un suspiro y dijo para sí:

      - Pues ya somos dos.

      Se levantó y volvió a meterse en la ducha. Puso a funcionar la lavadora con las sábanas y algunas prendas sueltas y preparó el desayuno ayudado por su sobrino.

      El día soleado y la agradable temperatura invitaban a disfrutar del exterior, por lo que desayunaron en el jardín.

       - Helga y yo hemos roto nuestra relación.- Dijo mientras se tomaba el espumoso café   turco que se había preparado.

        -¡¡Bienn!!- Demir sobrino cerró los puños en un gesto de victoria, aunque después de recibir por debajo de la mesa la patada que le lanzó su hermana mayor, controló sus instintos, carraspeó y, poniéndose adultamente serio, comentó:- ¡Vaya, qué contrariedad!

         Pese a todo lo negativo que conllevaba la noticia, Demir tío tuvo que disimular su diversión ante la sincera reacción de su sobrino.

        -¿Por qué, tío?- Intervino su sobrina, mas sensible que el cafre de su hermano.

        - Me ha dejado, solo eso.

         la sensibilidad femenina se fué a la m...

        -¡ Si hombre! ¡Y Halil me pidió matrimonio anoche! ¿qué la fräulein te ha soltado por su voluntád? Eso no se lo cree ni el que asó la manteca...Y nosotros somos un poco más listos que él. ¿No te digo? ¡Que lo ha dejado ella, dice!

        -Bueno,- zanjó,- hay asuntos que no son de vuestra incumbencia; solo he querido informaros, porque supuse que de un momento a otro os extrañaría su ausencia.

        -¡Anda, es verdad que no ha venido!- Se percató Sila.

        -¡Ni me había dado cuenta!

        Y tras comprobar que la diplomacia no era el punto fuerte de sus sobrinos, dió por concluído el tema en lo que se refería a ellos.

       Horas más tarde, después de la comida y de que Demir se hubiera ido a jugar a fútbol con sus amigos y Melek estuviera durmiendo la siesta, Sila salió al jardín donde él estaba leyendo.

        -Me voy al centro comercial con mis amigas,- le informó.

        -De acuerdo.

         Ella se calló unos instantes y después se sentó junto a él, llamado su atención.

         -Tío...¿puedo preguntarte una cosa? 

         -Sé lo que me vas a preguntar y la respuesta es no. No te dejo la tarjeta Visa.

          Ella arrugó el ceño.

          -No te iba a preguntar eso.

          -Entonces, ¿qué?- Cerró el libro y se centró más en ella. 

          -En tu...Bueno, que Helga haya roto vuestro compromiso,¿ está relacionado de algún modo con Sühayla?  

           -No. ¿Por qué lo preguntas?

      - Es que... la noche que te fuiste a cenar y ella se quedó con nosotros... Yo me desperté porque oí ruido de agua y... os vi... te ví a tí y la ví a ella...-Hizo una mueca.- Ya sabes...

      - Siento que vieras algo así.

      - No te preocupes,en la tele y el cine he visto más. Claro que así, entre gente de vuestra edad, ya viejetes...- Dijo indiferente.-Lo que quiero decir es que... Tú y ella... 

       -No.- Respondió con voz átona y expresión neutra.- Nuestra ruptura no está relacionada en absoluto con Sühayla. Lo que viste fué un momento de debilidad por mi parte.

       -Sühayla no se merece un simple momento de debilidad.- Le recriminó su sobrina.

       -Lo sé; por eso no se volverá a repetir.

        Se quedaron silenciosos, ambos con la mirada perdída en las azules aguas de la piscina. El recordando, ella en el limbo.

        -En cuanto a lo de la Visa...

        Demir rompió a reir a carcajadas. Rió hasta que la vió salir enfurruñada para irse con sus amigas.

               






      

      

      

     







      



Comentarios

  1. Genial, genial, genial!!! Yo no tengo la facilidad para escribir que tienes, pero sí me encanta leer y leeré todo lo que escribas con ansias!! 😘😘😘😍

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  2. Madre mía Loli, me tienes enganchada, se está poniendo super interesante,con ganas de más siempre 🥰🥰🥰

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  3. Ahhh.. no me dejes asi.. por favor.. que estoy enganchada.. y este pensando en irse!!!!!

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  4. Que la busque, que hablen, que le diga lo que siente, pero que no sigan así cada que. Por su lado ella lo ama desde hace tiempo y el ya se dio cuenta de que la ama. Quiero mas sigue escribiendo loli.

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  5. Que bueno Loli!! Me encanta!!! Bien por Demir, fue honesto y dejó a la Alemana. A ver ahora como.convence a Suhayla....ahhe encanta.. eres la caña!! Gracias preciosa!!

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  6. Esperando ya el siguiente....genial es preciosa.....muchas gracias
    Angeles

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  7. Ja a la que no sabia como se hacía...vaya si sabes 😂😂😂...deseando leer el bueno nada de sueños😜🌬💋💋💋

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  8. Preciosa historia no me canso de decirlo... 😘😘

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