BUSCANDO SU CAMINO
CAPITULO 17
Se le saltaron las lágrimas al recoger en una caja que había llevado a tal efecto,las pocas cosas que tenía en su taquilla y en el cuarto de médicos. Toda su carrera, que dicho sea de paso no era muy larga, la había pasado allí. Prácticas residencia, especialidad y por fin el orgullo de haber conseguido una primera meta.
Quizá todo esto que estaba sucediendo ahora era parte de esa
búsqueda de su camino de la que le solía hablar tanto su padre. Quizá era el momento de extender más sus alas e ir un poco más lejos. Había tanto mundo fuera de allí...
Había guardado ya su taza para el té, los últimos volúmenes de sus libros de estudio y un montón de revistas con artículos muy interesantes sobre lo que era su trabajo y su pasión, cuando la puerta de la sala se abrió y apareció el enorme mostacho blanco de la persona que más la había ayudado y la que más le había soportado sus arengas feministas. Se apresuró a ir a sus brazos rompiendo a llorar.
- Vamos, vamos... Si vas a volver...
-No. - Se apartó aún llorosa.-Ya lo he decidido doctor Çansu. Se acabó, estoy cansada de esta dirección retrógrada y de pelear tanto para hacer un trabajo que no es apreciado por quienes podían facilitarme un poco la vida para que pudiera dedicarme con más ahínco a mi labor. Todo esto del doctor Bahrain...
-¿Todo esto?- Sonrió bajo su mostacho el orondo doctor.- ¿Qué es todo esto? Que yo sepa el comentó que había sido un malentendido y que quería que volvieras. Has sido tú quien no ha querido volver...
- Es mejor así, créame.
- Está bien, si lo piensas así te creo, pero también debes saber que cuando vino y le hablé de ti, fue él quien quiso que tuvieras la oportunidad como tus compañeros y juntos ideamos lo de hacerte su asistente para saltarnos las trabas que había... Y no te conocía.
- Quizá fue eso, que luego me conoció...- Quiso bromear, aunque no le salió muy bien.
- Sea como sea, a lo que vengo. Primero: Seguiremos en contacto vayas donde vayas y hagas lo que hagas, hoy en día el mundo está muy bien comunicado. Y segundo: Si te vas no te vas a ir por la puerta pequeña ni de atrás. El sábado celebran una fiesta en honor a tu doctor "estrella",no me mires tú lo llamaste así, lo que iba diciendo... Eso, que será una gran celebración y tú irás. No viniste a mi cena así que prepara tus galas porque en esta tienes que brillar...
Ella ya sabía lo de la fiesta, pero no imaginaba que iban a contar con ella.
-¿Me han invitado?- le miró con una ceja alzada, dudando mucho de recibir una respuesta afirmativa.
- Eres muy inteligente como para que quieras que te engañe. Mi mujer ha decidido que esa noche estará enferma así que iré con el más bello y racial miembro de mi equipo.- Ella abrió la boca para decir algo, pero él no lo permitió.- No acepto una negativa.
-No iba a negarme,-se quejó,- solo es que preferiría no ver al doctor Bahrain.
- Me pregunto por qué... -El doctor la miró y ella le hurtó sus ojos.- ¡Ah, si, por "todo esto..."
-No se burle...
-No me burlo. El sábado iré a buscarte...- le guiñó un ojo picarón.- No te llevarás nada que no sea tuyo, ¿no?
Ella se estiró extrañada, casi ofendida.
- No... Estas revistas me las dio usted.
- Ah...si,- las sacó de la caja y les echó una ojeada.- Está tiene tres artículos muy buenos sobre diferentes puntos de vista acerca de los cálculos renales... Y esta otra...
- ¿Se las quiere quedar o realmente quiere vaciar la caja y ver lo que me llevo?
- Qué cosas tienes... ¡Uy, mira este libro es del "doctor estrella"! Y ...este...
Ella miraba con desesperación cómo el doktor Kerim estaba volviendo a vaciar la caja.
- En fin... Es tarde, me voy. El sábado te llamaré para decidir la hora en la que pasaré a buscarte.
El maduro doctor salió de la sala sonriendo divertido al notar la mirada aguda de ella clavada en su nuca.
Se apresuró por los pasillos, encontrándose con Demir Bahrain cuando se disponía a ir a la cafetería.
- Caramba, Demir, a usted le estaba buscando.
- Dígame.
- Recordara sin duda que hace tres días le presté una revista con tres artículos muy buenos sobre diferentes puntos de vista acerca de los cálculos renales.
-Si, pero le dije que ya los conocía y...
-Si, pero¿dónde la dejó? Se la quiero prestar al doctor Omer, ya sabe, el joven que...
- Lo sé,- dijo impaciente porque acababa de llegar el ascensor.- En realidad no la cogí, se quedó en la sala de médicos.
- No, no está allí.
- Quizá se la ha llevado alguien. Estaba allí.- Aseguró
- Pues yo no la veo y se la quiero prestar a...
Demir vio con impotencia que se le había ido el ascensor.
- Tranquilo. Iré a buscarla yo y se la llevaré.
- Se lo agradezco... Es que yo no la he visto...- Le vio marchar en dirección a la sala de médicos.- A ver si la ve usted...
Bahrain se apresuró en cumplir el encargo, solo tenía quince minutos para tomar un té y algún bocado en la cafetería, pero si Kerim necesitaba tanto esa dichosa revista... Abrió con prisa la puerta y ésta chocó contra algún obstáculo a mitad de su recorrido. Oyó un golpe dentro y a continuación una sarta de improperios. Ignoraba que hubiera alguien allí dentro a aquella hora. Se asomó ,ahora moviendo la hoja con más cuidado y vio a Sühayla sentada en el suelo, una caja de cartón vacía y su contenido desparramado a su alrededor.
- Vaya, por una vez nos hallamos en el mismo lugar y no soy la víctima.- Fué lo único que se le ocurrió decir a él tras el primer instante de sorpresa.
Ella no consiguió articular palabra al principio. No podía ni pensar. Sólo sentir. Tenía su respiración acelerada como si estuviera corriendo. Sabía que se lo podía encontrar y por una vez había confiado en tener suerte . Y la había tenido, pero toda muy mala.
- Siempre hay una primera vez para todo.- Replicó. Nada más.
Se apresuró a recoger las cosas por tercera vez. El se agachó a ayudarla. De mal a peor; así lo tenía más cerca, podía notar el aroma de su cuerpo,¡qué bien olía!... Sentir el calor que emanaba de él, ver cada reflejo en el verde de sus ojos o el brillo de su pelo negrísimo... Sintió la absurda necesidad de salir corriendo de allí, por lo que se dió más prisa.
Para Demir tampoco resultaba fácil aquel encuentro. Hacia...¿tres?¿cuatro? no sabía los días que llevaba sin verla pero parecía una eternidad. Se había acostumbrado a ella, a su vivacidad, a su humor y, debía admitir que, aunque chocarán con su carácter, la echaba de menos. Mucho. Quizá a solas, para sí mismo y ante nadie más, podía rendirse y darse el placer de pensar en ella, de evocar momentos a su lado e incluso inventarlos... Había imaginado tantas veces que aquella noche en la que cayeron a la piscina, ella no se fue. Que él consiguió retenerla pegadita a su cuerpo y que en vez de "no" ella decía "si". A partir de ahí su mente volaba como la de un adolescente en plena efervescencia calenturienta.
-¿Qué tal están los niños?
La voz de ella lo devolvió a la realidad.
-Sabe que puede ir a verlos cuando quiera, aunque me consta que habla con ellos habitualmente.
-Gracias. Me gustaría verles antes de irme. - terminó de llenar de cualquier manera la caja y se incorporó.
El la imitó. Seguían estando muy cerca.
-He oído que se va de vacaciones.
Ella asintió en silencio forzando una sonrisa.
El la miraba escrutando su hermoso rostro, buscando una respuesta a la estúpida pregunta que se hacía desde que se enteró.¿Iría sola o con el policía que, según los cotilleos que oyó en aquella misma sala tras la boda de su amiga, era su novio y casi prometido?
- Debo irme. Me esperan abajo- Le hurtaba la mirada.
- No deje de ir a despedirse...de los niños.
- Supongo que nos veremos el sábado en la fiesta...
El parpadeó sorprendido. No sabía que ella estaba invitada. Quizá Helga había querido compensarla de alguna manera por su error. Dudaba que la idea hubiera salido de la Junta administrativa
- Por supuesto. Allí nos veremos...
Ella se iba cargada con su caja. El
le sujetaba la puerta. La vio dudar un instante y sonrió. Aquellas dudas eran absurdas, fuera lo que fuera lo que estaba pensando, lo diría.
- Si me permite decir... Sería un bonito detalle dejar que Sila fuera a la recepción... Demir lo pasó muy bien con los jugadores del Beksitas... y ella...
Él asintió.
- Ya lo había pensado. - Mintió con el mayor descaro del mundo. Le había asegurado a Helga que no iría a la fiesta. Quería castigarla por tomar decisiones sin consultarle y sabía que ese era su talón de Aquiles.- De todas formas muchas gracias por seguir pensando en ellos.
- Son unos chicos estupendos. Creo que usted les ha aportado mucho al hacerles ver que tienen un tío que les quiere y se preocupa por su bienestar y por hacerles felices. Estaban un poco perdidos cuando llegaron y ahora son muy diferentes.
Hubiera querido decirle que era ella quien le había devuelto a sus sobrinos y hasta a su hermana de una manera real y no formal, que no se permitiría la posibilidad de volverlos a perder, pero ella se fue antes de que pudiera hacerlo.
La idea era muy buena habida cuenta de que, como la doctora había dicho, había cumplido una de las ilusiones de Demir. Ahora le tocaba a Sila y estaba seguro de que la idea le entusiasmaría. A Helga no tanto, pero lo aceptaría con tal de que él asistiera.
No se equivocó. Sila dió un grito y se colgó literalmente del cuello de su tío, aunque a continuación se apartó para mirarle angustiada.
-¿ Y que me pongo? Yo no he ido nunca a una cosa de esas... Además ¿y si te dejo mal? Quiero decir que yo..
Demir sonrió. Como todos los adolescentes hacía un mundo de una tontería.
-Ireis esta tarde a comprar algo bonito y adecuado. Todo lo necesario. Tu tía tiene muy buen gusto.¿Verdad Helga?
Ella no se dio por aludida. Incluso miró interrogante a su prometido, sorprendida por la existencia de esa nueva pariente a la que no conocía.
- Me refiero a ti.
- ¿A mi? Yo no tengo tiempo, es imposible. Tengo mucho que hacer, mucho que organizar. Figurate que va a venir el Embajador alemán en Turquía.
- ¿Para qué?
- Querido, yo soy alemana.
El suspiró y lo dejó estar. Fué Sila quien se cruzó de brazos y soltó un fastidio.
-Estupendo. Despediste a Sühayla porque decías que estabas aquí, que serías tú su asistente y ni mi tío tiene asistente ni nosotros a Sühayla...
- Pero¿de qué hablas tú, mocosa?¿Es que vas a consentir que me hable así? Pues mira, querida, llama a tu amiguita a ver si te acompaña ella...ahora que no cobra por hacerlo.
Ni el tío ni la sobrina dudaba que sería así si ella podía. De todas formas Demir recriminó a Sila aquella falta de respeto hacia Helga.
- Si no te disculpas retiraré la invitación.
Sila le miró con lágrimas en los ojos y se fue a su cuarto sin decir una palabra.
- Esa es la recompensa que tenemos por querer llevarla a la fiesta.
- Seamos claros, Helga, tú no cooperas mucho tampoco. Siempre me pones en la tesitura de elegir entre otros y tú.
-¿Es que te parece bien cómo me ha hablado?
- No, pero tampoco me gusta como le has hablado tú.
- Pues yo no me voy a disculpar.
- Cuento con ello. Lo que ocurre es que para tí ya es tarde, pero ella aún puede aprender.
Helga no replicó. ¡Qué ganas tenía de que la hermana de Demir acabará con lo que fuera que estuviera haciendo para devolverle a sus tres joyitas y salir de Turquía! Su prometido era otro desde que estaba allí!
Poco después y para sorpresa de los adultos, Sila volvió con ellos y con buenos modos le pidió disculpas a la alemana.
-Lo siento mucho.- dijo.- Mi tío me invita a la fiesta tratándome como a una adulta y yo me portó como una cría. Espero que me perdones.
Tras la primera reacción de "casi" estupor, Helga achicó los ojos sospechando que detrás de aquello había algo más.
- Por supuesto, claro que sí- y mirando de reojo a su prometido:- yo también lo siento.
Después Sila miró a su tío esperando su parte.
- Está bien, pero que no se repita. La próxima vez no habrá posibilidad de pedir excusas.
La sobrina volvió a colgarse del cuello de su tío, entusiasmada.
- Pero sigo sin poder acompañarte de compras...
- No importa,- Se giró la joven hacia ella, mostrándole su sonrisa- he hablado con Sühayla y ella vendrá a buscarme.
-¡Ya sabía yo que había algo! Pero esta vez no te va a servir. Está vez te hemos pillado la mentira.
La joven se volvió de nuevo hacia su tío con lágrimas en sus bonitos ojos verdes, hablando atropelladamente.
-Te juro que no, tío. La he llamado para contarle lo que había pasado y se ha enfadado y me ha dicho eso y yo...he decidido que...que...me iba a portar como una persona...
-Esta bien, está bien, te creo.- la consoló Demir con un tono bondadoso y un cariñoso abrazo. ¿Como no la iba a creer si tenía la sinceridad reflejada en los ojos?- No llores. Para que veas que te creo y creo en tu voluntad de portarte como una persona responsable...- Se apartó un poco y metiendo la mano en el bolsillo de atrás del pantalón, sacó su billetera y de ella la famosa tarjeta de crédito por la que Sila había dicho que su tío era importante, y se la entregó.
-¡¿Qué?!- Saltó la alemana.-¿Vas a poner en manos de una niña una tarjeta así?
- No, la voy a poner en manos de una persona en la que confío.- Sonrió de nuevo a su sobrina, que seguía mirando con ojos enormes la tarjeta.
-¿Puedo comprarme un Porche...?
-¿Qué? Trae aquí la tarjeta...
Sila salió corriendo y riendo con su tesoro.
-¡Que es broma!...Voy a cambiarme y a decirle a Sühayla que venga a buscarme.- Salió entusiasmada y la oyeron gritar a su hermano:-¡¡ Yuuuju, Demircito...mira, tengo barra libre...!!
Cada vez me gusta más y más....me has dejado con ganas de fiesta😜deseando el siguiente mucho🌬💋
ResponderEliminarFeliz por que se encontraron y el sintió su ausencia y lo que la extraña, pero por que no le pidió que se quedara, por que no lo hizo, si sabe que la quiere de vuelta. Bueno de verdad no puedo dejar de leerla espero lo que sigue con entusiasmo.
ResponderEliminarLoliii, que voy hacer hasta el próximo capítulo 😔😔, sigue así cielo que me tienes encantada 💖💖
ResponderEliminarDime que lo va a flipar cuando la vea en la fiesta.. y se va a morir de celos.. porfa porfa porfa.. con ganas de la continuacion.. es fiesta promete..😜😜😜
ResponderEliminarBueno. Y si esta vez sí se pone el vestido rojo de la boda.. va a dejar a Demir hiperventilando.. y sabes que. Que se joda. Por mamón..Ole Loli no se tienes enganchadisimas...gracias!!
ResponderEliminarEsperando impaciente, gracias!!
ResponderEliminarGenial!!! Espero que deje al Doctor Buenorro con la lengua colgando al verla con el vestido rojo!! Y a la Helga cara acelga, con cara de estreñida además...😂😂😂
ResponderEliminarQie ganas tengo de machacar a esa Alemana aggg
ResponderEliminar🤭🤭🤣
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