BUSCANDO SU CAMINO

CAPÍTULO 16


       La tarde anterior Demir Bahrain anduvo de un humor de perros. Llegó a casa antes de lo previsto porque la doctora Hülüsi no se dignó volver al trabajo después del incidente del aparcamiento; eso le molestó aún más de lo que ya estaba y decidió que tomaría medidas al respecto. ¡Eso no se le podía hacer a él! A otro tampoco, pero¿ a él? Eso no había nacido quien se lo hiciera. Bueno, si, ella se lo había hecho, pero no quedaría impune.

      Helga escuchó paciente todas sus quejas al respecto, más que paciente, impasible. Tan solo se molestó cuando Demir sobrino llegó del colegio y entró a preguntarle si irían al día siguiente a ver el entrenamiento del Beksitas.

     - Claro que sí, ya te lo he dicho. 

     - ¿Cómo que si?

     Los dos miraron a la alemana que fue quien habló.

      - ¿Vas a perder una mañana en esa tontería del futbol?

      - No voy a perder la mañana, porque la voy a pasar con mi sobrino haciendo algo que nos gusta a los dos. Y no creo que tengas nada que oponer porque yo no digo nada cuando me arrastras a todas esas cenas que tanto te gustan a ti.

      La seca respuesta de su prometido la hizo recular y como mujer inteligente que era, sacar provecho de ello.

      - Ya que lo mencionas; hoy me he reunido con varios  miembros de la junta directiva del hospital y el sábado se celebrará una recepción en tu honor en los jardines del Sura Hagia.

      -Ya fui a una, no voy a estar todos los días de recepciones.

      - Querido mío no vas a comparar la cena de un departamento del hospital con una recepción ofrecida por el propio hospital. Cariño, eres una eminencia en tu campo...

     - Helga, no empieces. Sea una eminencia o no en mi campo, quiero seguir ahí, en mi campo...- Demir se interrumpió cuando la mujer hizo un gesto de recriminación recordándole que el niño seguía allí..- Demir, te importaría ir a decirle a Begum que nos prepare un café?

     - A mí no, cariño,- le dijo al niño antes de que saliera. Y añadió para su novio:-No me gusta este café...

      - ¿Así que tampoco se ha ocupado de pedir la cafetera y el café express?- Preguntó molesto refiriéndose a su asistente.- ¡¡Uff, doctora hanim, uff!!...

      - No te preocupes de la asistente y dime...

      - Doctora.- La rectificó.- Es doctora.

      -¡¡ A la mierda!! Estoy harta ya. Te estás comportando como un niño mimado.- De nuevo frenó su ímpetu y tomando aire  se calmó.- Dime  ¿qué tiene de malo que quiera que todo el mundo sepa que mi prometido es un gran médico? ¿Es que no puedo presumir de novio?...- Le rodeó con sus brazos y coqueteó con  actitud zalamera.

      -¿No te basta con tener el prometido? ¿Por qué presumir? No hay nada de lo que presumir...- el enfado de él iba cediendo poco a poco bajo el influjo de las carantoñas de la hermosa mujer.

      -¿No?- comenzó a puntear sus palabras con suaves besos en el varonil rostro.-Yo creo que sí. Eres guapo...-beso en la mejilla derecha,- eres inteligente...- beso en la mejilla izquierda,- eres sexy...- beso en la punta de la barbilla acompañado de mano acariciante por el pecho varonil.

      - ¿Sexy?- sonrió divertido mientras la ceñía a él y le pasaba la mano por el firme trasero alemán.

      - Mucho. Crees que no me doy cuenta de cómo te miran las demás mujeres?...Y también sé que te gusta presumir de mi ante los demás... Te gusta que me arregle y que te envidien.

      - Mentira. Me gusta que te arregles pero para mí, no necesito que me envidie nadie.- La temperatura bajó unos grados de nuevo.

      Había que jugar más fuerte. Se apretó contra él y se movió para hacerle notar sus curvas femeninas. La tensión sexual de él no se hizo esperar. Ella no ocultó su satisfacción.

      - Y esto... En esto también eres un experto...

      -Bueno, y por qué no me hacen un homenaje por esto?

      - Ese te lo hago yo... O lo celebro yo...

      Fue resbalandose por el cuerpo de él para acercarse a un centro estratégico.

      -Helga...los niños pueden...

      Demir no tuvo tiempo de expresar sus reparos porque justo en ese momento se abrió la puerta de golpe y entró Sila muy molesta. Helga lanzó una maldición furiosa.

      - ¡¿Es que no hay forma de estar un minuto a solas en esta casa?!! ¿No os han enseñado a llamar a una puerta?

       Sila se frenó de golpe y les miró envarada por la reacción de su futura tía. Sin saber cómo reaccionar, se  disculpó y salió.

       Su tío salió tras ella.

       - Helga, entiéndelo mujer, mientras no estabas no cerrábamos las puertas... 

       - Supongo que otra de las buenas costumbres de la que les enseña a mentir para ganar amigos...- Gruñó Helga a sabiendas de que ya nadie la oía porque Demir estaba con su sobrina mayor.

      Se quedó sentada en el borde de la mesa. Por la puerta que quedó abierta entró Melek con su andar de pato y su culete gordo del pañal. Fué hacia la mujer y se sacó su chupete ofreciéndose lo con una sonrisa mostrando sus dientecillos.

     - Qué rica....-Comentó sonriendo al verla. Y a continuación.-¡¡Oiga...!!¡¡Oiga...señora!!¿Cómo se llama esta mujer?...¡Zulema!

       Entró Begum buscando a la pequeña.

      - ¿Me llama a mi, señora? Soy Begum.

      - Eso. ¿Para que se le paga?Imagínese si le pasa algo... Llévesela, haga el favor y esté más atenta...

      En esas volvía Demir con sus dos sobrinos mayores discutiendo entre sí. El niño le ofrecía a su hermana que les acompañara al día siguiente.La otra no quería porque no le gustaba el futbol. Normal. Y el tío enmedio sin saber qué hacer con ellos.

      De pronto, aquella frase lapidaria en boca de Sila:

      - ¿Donde está Sühayla? Seguro que ella ya habría encontrado una solución.

      Y para guinda, el otro:

      - Llámala, verás, ella que te lleve a algún lado y el tío y yo vamos a lo nuestro.

      -Ni hablar. Ella no te va a llevar a ninguna parte porque mañana tienes clase  y vas a ir. Y tú,- señaló a su sobrino, -no tontees mucho que todavía me voy yo solo.

      Y funcionó. Hablarles con aquella firmeza sirvió para que ninguno de los adolescentes se atreviera a replicar. Quizá en el fondo de su mente un punto de sinceridad reconociera que había aprendido de la doctora Sühayla cómo comunicarse con ellos.

      Al día siguiente durante el desayuno tanto Sila como Demir sobrino estaban de lo más suaves y colaboradores. Era el tío quien se mostraba más impaciente por momentos. Miró en varias ocasiones su reloj.

      - Tendríamos que comprar un balón o un póster para que te lo firmarán y que tuvieras un buen recuerdo de este día.

      Los ojos del muchacho chispeaban de excitación. 

      - Y seguramente dentro de unos años tendrá mucho valor.- Intervino Helga imponiendo su criterio mercenario.

      El doctor volvió a mirar el reloj.

      -¿Dónde estarán mis periódicos? Hace tiempo que debían estar aquí.- Tomó un sorbo de café.- ¿Qué tiempo hará hoy? No parece que esté muy claro. A lo mejor llueve a la tarde...

      -¿Importaría algo?- Inquirió la alemana atenta a su desayuno.

     -No, pero, bueno, no está mal estar preparado.- Volvió a mirar su reloj mostrándose ya molesto.- Tendría que estar ya aquí. Luego vendrá diciendo que había atasco, cuando yo sé que su padre le ha enseñado cómo evitarlos...- Otro sorbo de café y otra mirada al reloj como si eso hiciera apresurar el tiempo.- Se nos va a hacer tarde...

      -Podemos irnos sin ella, tío.-Intervino el joven Demir tan impaciente como su tío.

      El médico sonrió malicioso.

      -No, si la doctora Sühayla no viene. La espero para encargarle una tarea que le va a entusiasmar.

      - Yo creo que a ella le gustaría venir.

      - Si, yo también lo creo, pero tengo otro encargo para ella. - Terminó el café y atajó.- Pásame el móvil, Sila,¡ voy a llamarla y más le vale tener una buena excusa para el retraso de hoy!

      Fué entonces cuando la voz de Helga se dejó oír atemperada y firme.

      - No hace falta que la llames, porque no va a venir.

      - ¿Qué?

      - Que no la llames; no va a venir porque ayer les dije a los de la junta del hospital que ahora que estoy yo aquí ya no necesitas sus servicios.

      Unos instantes de silencio como si estuviera reconsiderando la información que acababa de recibir. Y después :

      - ¿Con qué criterio has tomado ésa decisión, que me afecta, sin contar conmigo?

      - No cumple bien su función, en vez de ayudar te distrae, se mete donde no debe... Recuerda que ayer no hiciste más que quejarte de ella... Además, estando yo no necesitas una asistente. Yo sé cómo asistirte.- Sonrió con un guiño de cierta picardía-¿Por qué seguir contando con ella?

      El no estaba por la labor de aceptar la decisión de ella, como otras veces.

      - Porque como médico es eficaz, intuitiva y valiente y porque era la única forma de conseguir que la junta, esa famosa junta, que solo entiende de dinero y no de profesionales, accediera a que estuviera en el equipo. Y porque si no es mi asistente se ha quedado sin trabajo. 

     Helga le miró contrariada, ignoraba que aquello fuera así. Por su expresión era evidente que su intención al pedir el cese no era esa. Claro que ella estaba acostumbrada a que no se la discriminara por razón de su sexo o a tener las mismas oportunidades que cualquier otro ciudadano. 

      - ¿Han despedido a Sühayla? - Los chicos se miraron entre sí alarmados.

      -Por favor, id a la cocina y esperarme allí. Prepárate Demir, que enseguida nos vamos.- Dijo el tío sin dejar de mirar fríamente a su prometida.

      Ellos obedecieron. Al empujar la puerta se toparon con Begum, que...por casualidad... estaba tras ella.

      -¿Qué pasa ahora?- Preguntó.

      -Como sigamos así vamos a hacer una trinchera en el pasillo de tanto venir a la cocina para que les dejemos solos.-Se quejó Demir.

      -La fräulein ha hecho que despidan a  Sühayla.- Informó Sila.

      -¿Qué?...Pero ¿por qué ha hecho eso?

      -No sé...- Sonrió  Sila y se encogió de hombros con un aire poco inocente.

      Demir entró poco después con rostro serio. No hizo comentario alguno sobre la doctora, simplemente les instó a irse tras una somera despedida de Begum.

      Esperaba que tras saber que doctor bayan había sido despedida, Helga diera un paso atrás, reconociera su error y deshiciera lo hecho. Pero no fue así. Muy al contrario. No podía admitirlo porque no se había equivocado y si la doctora era tan buena ya encontraría otro trabajo. Además esperaba de él que la apoyara puesto que se suponía que ella lo había hecho con su consentimiento.

         Eso iba a ser un problema, porque en cuanto fuera al hospital pediría su reincorporación inmediata. Diría que se había tratado de un malentendido entre su prometida y él, asumiría la responsabilidad por el error y el asunto acabaría con los menores inconvenientes para ambas mujeres.

      Sin embargo eso no pudo ser. Aunque hizo lo que pensaba y como lo pensaba, la doctora no accedió a volver al puesto. Demir se debatía entre llamar a su ex asistente, verla personalmente o aceptar su decisión sin intervenir más; le dolía que ella pensara que él había tenido algo que ver en su cese,pero por otra parte estaba su fidelidad a Helga, a su compromiso, no podía traicionarla y ya que Sühayla no quería volver lo mejor era aceptar esa coyuntura y cerrar ese capítulo.

      Si, eso era lo mejor. Cerrar ese capítulo, claro que, a cambio, Helga renunciaría a la fiesta de la junta. No le iba a salir gratis.



       


      

      





        

     

      

       


     

      






Comentarios

  1. Me tienes intrigadisima ❤️❤️ , deseando el siguiente capítulo 😍😍😘😘

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  2. Ahhhh entonces ha sido la cabrona de la alemana.. ya me caía mal ahora fatal..jajaja me encanta Loli!! 😍😍😍😍

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  3. A ver que hace Demircito para arreglar el orgullo herido de Suhy....🧐🤣🤣🤣🌬💋

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  4. Pero que canalla piensa dejarlo así, solo piensa que las cosas se dan a capricho de él si la pido me la traen ni que Sühayla no tenga orgullo, uy odio a esa alemana. Loli quiero saber que mas pasa, sigue escribiendo y recuperate por completo pronto.

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  5. Me encanta...q mal me cae Helga p dios..tipeja y el esta encoñado con ella...sabe como manejarlo en la cama...q ganas del sig...mejorate pronto..y sigue escribiendo q nos tienes encantadas...
    Angeles

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  6. Tengo una mezcla de amor-odio que me rebienta..... Uffff

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